NO TIENE NOMBRE
AUTOR: LEÓN EGUZKI
Correo electrónico: jhopa30@gmail.com
Dedicatoria:
“A la mala escritura y la mentalidad de hacer lo que se te de la puta gana de hacer.”
Realmente no sé cómo contar una historia y es cómico que sea mi propia historia, contar tu vida debería ser una tarea sencilla, pero con un tumor de porte de una naranja creciendo en tu cerebro y estar agonizando complica las cosas, No sé si estoy vivo o muerto es todo muy confuso rompiendo los estereotipos y convencionalismos, me gustaría comenzar por el entremedio de esta historia el final de mi vida es predecible, el inicio aburrido, pero el nudo de esta historia sinceramente si es un verdadero nudo
Aquí estoy yo y aquí esta
-” Ella” su nombre me es difícil de recordar y aún más cuando siento que compartí gran parte de mi vida con “Ella”
-” Ella” mmmm... “Ella”
- ¿Pero por qué llora?
- ¿Acaso es mi pareja?
- ¿Acaso está terminando conmigo?
(Redundante y fascinante memoria que recuerda el tiempo, pero no a las personas.)
IMPOSIBLE
Hace casi 12 meses que no nos vemos no creo que sea por eso, ha el cáncer el bendito cáncer, será que le afecta a ““Ella”” mi enfermedad es un poco inverosímil, a semanas de terminar la muy cabrona ya estaba con alguien más, entonces por que llora no debe ser la primera vez que nos vemos desde la ruptura, creo que es la segunda o la tercera vez, seguramente sea la última, en la primera visita que ““Ella”” realizó yo me encontraba relajado disfrutando de mi cáncer y de mi muerte, postrado en la cama de aquella clínica, cuando repentinamente su sola presencia fue capaz de interrumpir mi mortalidad, recuerdo claramente ese día y eso es un gran logro contemplando que mi cerebro se está derritiendo como mantequilla. Eran las 10 de la mañana miento eran las 11, a las 10 venia el infeliz del doctor a cumplir su labor, siguiendo su vida rutinaria me contaba que: la relación con su esposa era terrible -pobre diablo, en cierta manera creo que prefería mi oficio de paciente a su oficio de doctor, eso no es relevante pero no me concentro, retomando lo que les estaba contando
““Ella”” llego sin previo aviso saludo a mi madre y se posó a un lado de mi cama apoyo su cabeza en mis pies y soltó lágrimas, tomando mi mano me miró fijamente, sinceramente ““Ella”” no sabía que decirme…………
Pero yo tampoco tenía que responder
Nos invadía el silencio, aún tenía mis capacidades motoras, no perfectas pero aun podían soportar un paseo por los pasillos de esa clínica, ayudo a que me levantara y como pude sostenía una caminata algo cachazuda, al final de ese corredor se encontraba un balcón con vista a la calle al cual ya no me dejaban acercarme solo, al llegar al final, el silencio nos invadía de nuevo, mientras “Ella” solo derramaba lágrimas yo estaba sin saber que hacer o decir, cuando su llanto paro, con una voz un poco enfurecida dijo:
-eres un idiota, egoísta, mentiroso, me quede helado al escuchar decir eso, mientras procesaba esta situación, solo me preguntaba como sería alguien capaz de reclamarle y reprocharle cualquier situación a una persona con cáncer terminal, una sonrisa algo nerviosa se dibujó en mis labios, solo ““Ella”” podía ““Ella”” mi gran amor mi gran herida, comparable a mi cáncer, el motivo de su enfado era la manera como habíamos terminado, la enfermedad apareció en mi vida junto con el comienzo de mis estudios universitarios, a mi juicio propio nunca fui un estudiante modelo ni demasiado brillante, pero si lo suficientemente iluminado como para estudiar medicina, estudiar medicina anhelo de mis padres. El primero en enterarse del cáncer fui yo incluso antes de los médicos, sufría dolores de cabeza, debilidad muscular y de un vago conocimiento en medicina, luego del proceso burocrático que me resulto saber que tenía cáncer, sabía que tenía que tomar cartas en el asunto, hasta ese entonces había tomado pocas acciones humanitarias y desinteresadas en mi vida una de ellas fue dejarla, no concebía la idea de que alguien se quedase a mi lado por lastima o por pena, no quería que ““Ella”” deje sus estudios de lado, sus sueños y sus metas personales por un incapacitado, la decisión más lógica y sensata era dejarla, inventar cualquier excusa crear una infidelidad ficticia para que no se acerara más a mí, pero como es usualmente la cosas en mi vida no me salen bien, ahora está molesta triste y con alguien más, mientras su miranda se clavaba en los dos cuencos vacíos y llenos de ojeras que tengo por ojos. La enfermera interrumpiendo nuestra conversación en voz alta dijo: