Giró sobre sí para marcharse al fin. Su muestra de indolencia enfureció a Lucy. Se desprendió de las manos de su madre, corrió hasta él y lo empujó por la espalda antes que nadie pudiera detenerla.
–¡No me des la espalda! Eres un perro cobarde, tiras la mordida y luego huyes. Te crees valiente mostrando los dientes a mi madre. ¿Por qué no lo intentas conmigo? Vienes buscando pelea, pues aquí estoy yo. Anda, vamos...
–¡Basta Lucy, no sigas! –grita Katty tras ella –. No empeores las cosas.
La voz suplicante de la madre no la alcanza, cegada de indignación, responde a las manos de Darion junto a ella, la sujeta por los hombros desde atrás, la hace volver en sí.
–Deja ya eso, cariño. No vale la pena. Semejante porquería no debe ocuparte. No importa lo que pretenda, aquí no se va a salir con la suya. Y tú –brama contra Peter –nada tienes qué hacer aquí. Bastante le has hecho a esta familia como para llegarte a estas puertas rogando perdón por tus actos.
–¡Malditos muchachos! –estalla Peter –. Todo cuanto ha pasado es culpa de ustedes dos. ¡Maldigo el día que se conocieron!
–Peter ya déjalo así –le pide Frank –. De nada servirán más gritos. Vete y yo enderezaré este entuerto.
–No papá, déjalo. Que diga lo que tenga que decir, no lo protejas– le niega Darion –Dilo todo ahora si es que tienes las agallas –le provoca –. Anda, dilo.
–No te metas en esto, hijo. Nada sabes sobre lo que ha sucedido. Apenas han llegado y no tienen parlamento en este concejo –insiste Frank rescatándose de su cansancio –. Ven conmigo, te contaré todo adentro, a ti y a Lucy. Por favor, vengan...
–Sí, ve con tu padre, él te contará todo cuanto acaba de enterarse. A él le corresponde aclarar este enredo que causó –exclama Peter con soberbia –. Vayan adentro como buenos chicos, haber si así entienden cómo son las cosas de una buena vez y dejan de martirizarme.
–Lucy, hazle caso a tu padre y entra con Frank –le ruega Katty –. Escúchame...
–¡Él no es mi padre y le obedezco un cuerno! –brama la chica –. No sigo pedidos de este desgraciado.
–¿Por qué no nos lo dices tú, he? –le espeta Darion –. Dejas sobre mi padre la responsabilidad como quien recoge los papeles tirados en el suelo.
–Darion ya basta –atruena Frank –. Obedece y deja que se largue de una vez.
–No esta vez. Tú no eres el vocero de nadie llevando de un lado al otro los mensajes y soportando el peso del pregón –porfía el joven –. Déjale a él decir ahora, así por una vez se hace cargo de sus palabras. Vamos, dinos lo que debemos saber.
–Ustedes dos son como el barro mal mezclado con que fabrican un ladrillo defectuoso –se mofa Peter con renovada malicia –. Defectuosa también será la construcción en que se use y al tiempo hará caer el techo sobre la cabeza del desdichado bajo él. ¡No son más que un par de mocosos malcriados tirando patadas sin saber por qué!
–Que divino ¿Ahora somos nosotros los descarriados? –. Protesta Lucy.
–¡Cállate, por esta vez cierra esa boca tuya! Tu lengua venenosa, siempre que ha habido diferencias entre Katty y yo ha sido por tu culpa. Desde que supiste que no soy tu padre
Te has empecinado en mantener esta especie de cruzada estúpida contra mí. ¡No lo niegues, cállate y déjame hablar! Te has propuesto hacerme responsable de cosas que no son y que nunca fueron, siempre buscando la forma de separarme de tu madre. ¡No eres más que una ingrata! ¿Acaso te ha faltado algo en algún momento? Lo he hecho todo para que estuvieran bien, que tuvieran una vida cómoda. ¡He renunciado a todo en mi vida para que tú y Katty tuvieran cuanto Mike no pudo darles! Y ni así muestras un poco de respeto al menos.
–¿Respeto pides? ¿Quieres que te respete después de cuanto haz hecho? Y estás aquí reclamando como si nada como si nada hubiera pasado, después de habernos echado a la calle porque descubrimos tus fechorías.
–Deja de decir estupideces ¿Quieres? ¿Qué saben de todo eso? Solo lo que han escuchado decir aquí que en sí no es más que el resultado de una sucesión de engaños que no ha servido sino para mantener rencores injustificados por razones que ustedes no tienen ni idea. ¡Díselo Frank, diles que miento! ¿Ven? Él sabe que no lo hago. No lo culpo a él por haber resentido de mí por tantos años, pero ustedes dos se han aprovechado de una historia mal narrada para arruinar todo como una peste.
–Solo decimos las cosas como son, no nos hagas responsables de tus protestas –se escuda Darion –. Si eres un descarado sinvergüenza es cosa tuya, no nos culpes por poner al descubierto tus ruindades.
–Pobre tonto crédulo de sus propias fantasías –dice Peter con menosprecio –. Heredas de tu padre la mala administración de las pruebas de una realidad equivocada. No te culpo, solo siento lástima de ti. De una verdad torcida no se puede esperar una semilla de buen entendimiento. Tu verdadero error fue envenenar contra mí a esta tonta con esa realidad distorsionada que nada tiene que ver con lo que pasó aquellos días atrás. Que para tu padre tengan un significado no quiere decir que sea el mismo para mí. ¡Pero nunca retomaste la molestia de averiguar qué fue lo que sucedió en ese momento!
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Editado: 06.08.2019