La vida, un pequeño momento sobre el universo donde llegamos a tomar caminos, caminos que están conectados con el bien y el mal.
Luz y oscuridad, aquella lucha en las mentes de las almas que durante siglos se mantienen en guerra. Aún así hay caminos destinados a cumplir algo, gente que llega a existir para crear un cambio; como la vida de Rayno, un muchacho que estará por conocer su camino.
Al noroeste de la región de Sirian en el castillo del reino River se encontraba Rayno un adolecente de 15 años que se encontraba observando por su ventana preguntándose que cosas de este mundo no había conocido.
-Aah esto es de lo peor, ese día estuve tan cerca de lograr salir de aquí, ahora no puedo ni salir de mi habitación por solo intentar irme pero, hoy será diferente-
Rayno tenía prohibido salir del reino y este hace unos días salió intentado escapar y conocer el mundo fuera del reino River; sin embargo falló y fue castigado por tío Rick el rey de aquel lugar y a ningún miembro de su familia a mas de su hermano Mike le agradó aquel acto. Su tío incluso rompió una pared con su brazo robotico por aquella falta, ya que Rayno lo insulto tiempo en aquella discusión.
El chico ya se había cansado de vivir así, lo único que podía haver era esperar para salir de allí.
Se acostó en su cama y se quedó mirando una esquina, en esa esquina estaba una espada que acababa de robarle a un Robot que llegó al castillo hace poco.
-Quizás... Este sea el momento indicado para salir, los nuevos reclutas son torpes y los viejos están distraí...-
Decía Rayno siendo interrumpido por la entrada de un Robot a su habitación, aquel robot alto y con piezas verdosas era Zx12R; solían sólo decirle Róbot, una inteligencia artificial de la que había obtenido la espada.
-Escuché todo, piensas exiliarte..No crees que algo difícil para ti, incluso después de tu fracaso anterior-
Dijo Róbot, Rayno lo miro con seriedad, fijamente sus ojos verdes contra los fríos ojos rojos de la maquina.
-Sólo espera un poco, yo se que hay algo mejor para mi que solo quedarme en el castillo hasta mi muerte-
Mencionaba Rayno mientras recogía un plumón y una hoja de una mesilla.
-Esto es completamente necesario Róbot, solo necesito saber quien soy realmente-
Rayno comenzó a escribir una carta para su familia:
"Querida madre, padre tíos, tías, primos y mi hermano, me iré del reino para poder explorar este mundo, no se que tan lejos podré llegar o cuando regresare, si es que lo hago, pero espero verlos pronto y espero puedan aceptar que ya no soy un niño en un corral. Atentamente Rayno".
-Róbot, entrega esto cuando me valla, ah y me llevare tu espada con migo, ya sabes por seguridad-
Rayno recogió un bolsillo el cual tenía una misteriosa cuarta dimensión creada por un reino vecino y comenzó a guardar algunas cosas de utilidad como su ropa, agua y comida de conserva; un gancho, unas bengalas, unas bombas caseras, un equipo de medicina y un libro con unas páginas en blanco.
Róbot sólo se quedó observando, viendo como el chico se alistaba para irse, preguntándose que pasaba por la mente de Rayno; por que razón alguien dejaría su vida cómoda por arriesgarse a quizás morir, el no lo entendía.
-Bien eso es todo... Esta es la hora perfecta-
Dijo Rayno, el chico recogió aquella espada del rincón que resplandecía con su hoja teñida de rojo y azul de ambos lados con marcas de rasguños de hace tiempo en su mango.
Rayno sujeto y jaló su cabello negro fuertemente con los ojos cerrados y después de hechar un suspiro frente a la ventana dijo firmemente.
-Nos vemos-
El chico abrió los ojos y saltó por la ventana de aquel quinto piso del castillo donde vivía.
Róbot miró por la ventana mencionando la idiotez de la gente y que buscaría la forma de entenderlos algún día.
Rayno cayó sobre el techo de una mansión de tres pisos completamente ileso, sin meditarlo corrió por cada techo saltando entre los espacios para finalmente salir de allí, los guardias no podían verlo o sería reportado inmediatamente, los techo eran la opción más ágil para salir de allí.
Rayno tenía suerte de que el castillo del reino quedará cerca de los límites de la ciudad central, sólo tenía que pasar las puertas para salir hacia tierras vacias; así que continuó con una sonrisa y brillo de esperanzas en su mirada. A unas casas de llegar a la puerta Rayno tuvo que detenerse de golpe, pues había un grupo de guardias charlando y cuidando unos caballos, eran reclutas nuevos, así que evitarlos ahí sería pan comido, así que tuvo que meditar el que hacer.
-Veamos, si sólo sigo corriendo hacía adelante es posible que me paren, el salir corriendo no es la mejor opción..
Si tomará uno de los caballos podría ir más rápido, pero el controlarlo sería difícil... aún así es la mejor opción. Sí eso es, ¡eso devo hacer!-
Rayno respiró hondo y corrió con todas sus fuerzas hasta el lugar, ya en la última casa saltó desde el techo hacia el lomo de uno de los caballos que logró sacar a correr mientras esté se revoloteaba, los guardias impactados, no reaccionaban de la sorpresa; no sabían ni que había pasado exactamente.
-Jajaja, tontos-
Dijo Rayno alejándose del lugar en el caballo, los guardias sólo miraron boquiabiertos preguntándose que había ocurrido.
Rayno avanzó con aquel caballo varios kilómetros hacia el oeste del reino durante varias horas sin parar, pero el caballo no estaba contento con todo el acto; durante dos casi 5 horas a caballo el chico estaba casi dormido cuando la majestuosa bestia se levantó en dos patas lanzando a Rayno de su lomo,
El chico cayó de espaldas y el caballo sin hacer más se alejó de regreso a el reino River por el este
Rayno de levantó aturdido gritándole.
-Oye espera... ¿¡...Quién te necesita!?-
El chico no tuvo más opcion que seguir a pie, ya había almenos salido del reino River y estando en la tierras de nadie sería un camino largo hasta llegar a otro reino