NERVIOSISMO
Estado en el que aparece tensión interna, irritabilidad, excitabilidad y un humor inestable.
La mayoría de las personas tienen pesadillas.
O por lo menos malos sueños en los que viven situaciones realmente vergonzosas, y la que mayor y comúnmente se repite es esa en la que estamos en un determinado lugar, con determinadas personas y de pronto, ¡bum! estás desnudo frente a personas que no conoces o que conoces en la vida real, fuera de tus sueños.
Entonces, y por suerte, mientras en tu sueño estás gritando como si eso fuera a devolver la ropa a tu cuerpo, despiertas y te das cuenta de que todo ha sido un mal sueño, y ahora puedes asegúrate de usar prendas que se ajusten perfectamente a tu cuerpo y que de esta manera no ocurra algo tan vergonzoso como lo de tu sueño.
Pero, eso si de sueños y pesadillas hablamos.
Nunca nadie pensaría que cosas como estas pueden ocurrir en la vida real. Pero créanme cuando les digo que si puede suceder. Y justo hoy es la prueba de ello.
Y aunque no me han visto desnuda, es como si lo estuvieran haciendo; ahora siento el calor subiendo por mis mejillas, ¿cómo es que había terminado así?
“Nos vemos en un rato.”
Las palabras de Hansel se habían repetido durante unos segundos en mi mente mientras mi cuerpo se acostumbra a la fría temperatura del agua; después de pasar bastante tiempo en este sitio una termina acostumbrándose a este tipo de cosas.
En algún momento mis ojos se cerraron y entonces la verdadera imagen de mis pesadillas se hizo presente;
El sonido del auto.
Las luces sobre mis ojos.
Y el golpe final.
Entonces abrí los ojos de golpe, tomando una gran bocanada de aire, porque sin darme cuenta mi cuerpo se había hundido dentro de la tina, mi cuerpo estaba bajo esa agua helada.
Salí de la tina, tomé una de las tollas que tenía cerca y corrí hacia la puerta principal.
Abrí sin pensarlo y entonces me encontré en una de las situaciones más vergonzosas que jamás había experimentado.
—Hola Seraphine con e.
Resulta que el sonido del auto no fue más que el sonido de alguien llamando a la puerta, pero todo se sintió tan real que no pude reaccionar de manera correcta; solo seguí mis instintos, y uno de esos era salir corriendo e ir en ayuda de Hansel, porque por primera vez quería ser yo esa quien lo salvará, así como él lo había hecho muchas veces.
Sigo mirando a Kris con K y a su acompañante quien sostiene una canasta con lo que creo son frutas: es un poco extraño y muy fuera de lo común que alguien en estos espacios de Noruega pueda cultivar frutos, por el tipo de suelo en el que estamos.
Me quedo de pie frente a ellos, sin saber qué hacer o qué decir, porque de pronto mi cerebro ha olvidado como mandar ordenes al resto de mi cuerpo, a cada uno de mis músculos; ni siquiera puedo hablar.
—Una disculpa si interrumpimos algo. —Creo que el hecho de que solo esté cubierta por una toalla y con el cabello mojado significa que han interrumpido mi ducha, sin embargo, no hago un comentario sarcástico sobre el tema, solo intento sostener con fuerza la toalla para que esta no caiga de mi cuerpo.
—No, yo lo siento más por esto, ahm… ¿por qué no pasan? Hace mucho frío afuera. —Señalé mientras notaba como el clima había cambiado de pronto, entonces recordé el evento en mi mal sueño, solo esperaba que se tratara de una nube pasajera y que pronto el clima se compusiera.
No estar en contacto con Hansel me ponía los pelos de punta, pero tampoco es como que quisiera tener a mis padres pisándome los talones.
Me las había estado ingeniando mucho en poder salir adelante sin su dinero; porque sabía que investigarían mi paradero siguiendo la pista de mis tarjetas de crédito; todas aquellas que estaban ligadas a sus cuentas.
Por suerte, tenía esta tarjeta de crédito de emergencias de la que nadie sabia nada salvo Hansel, ya que es una cuenta que compartíamos, antes de que comenzará a planear su estancia en Europa; aun quedaba pendiente el tema de la cancelación de dicha cuenta; ya no podríamos usarla ambos y no quería verme beneficiada con su dinero.
—Oh, muchas gracias, la verdad es que hacia un bonito tiempo cuando salimos de casa. —Comenta el pequeño Kris con K quien se ha animado a entrar antes de que el chico que estaba detrás de él pudiera oponerse.
—Kris, no puedes… —Kris se giró a verlo y negó riendo.
—Seraphine con e dijo que podíamos pasar. Así que apúrate porque ella no va a estar ahí junto a la puerta todo el día. —Kris logra hacer que una sonrisa se forme en mis labios.
—Lo siento mucho. —El chico por fin se atreve a pasar. Aunque puedo notar que se encuentra un poco incomodo, y es que seguro ha de recordar la forma tan grosera con la que lo traté, y es que hasta yo debería de mostrarme avergonzada por ese momento, pero no creo que deba de hacerlo, ya que en esos días las cosas parecían ser tan diferentes; la misma rutina, los mismos pensamientos, todo seguía siendo igual, pero entonces ocurrió algo; y fue que Hansel debía de estar aquí para que las cosas comenzarán a ser un poco diferentes.