Samurai Mariachi

EL CORAZON DE YUMIKO

Aquel lunes había sido del todo inusual para Yumiko pero eso había dejado de importarle, ahora su corazón estaba feliz, era un sentimiento que no podía describir o retener, ella no podía recordar cuando su corazón estuvo tan lleno de alegría, ahora se sentía realmente importante, no como la rareza en que se trasformó cuando le fue conferido aquel collar sino como alguien que era realmente importante para otra persona, como si fuese todo su mundo, así de importante.  Pero la realidad pronto la sacaría de su éxtasis, al salir de la heladería Yumiko no podría creer lo que veían sus ojos, más bien no deseaba ver lo que estaba pasando, de repente sus ojos se llenaron de lágrimas tan saladas como el mar y su corazón se sintió tan pesado que deseaba que se detuviera para detener aquel dolor.

Al salir de la heladería Yumiko y Julián se encontraron de frente con más de diez  personas  tomando medidas y sacando fotos de todo, detrás de ellos la oficial Yuu con cara de pocos amigos los seguía de cerca mientras todos los habitantes los evitaban como si se tratara de la peste negra, en ese instante Yumiko comprendió lo que estaba pasando “el día había llegado”. Luego, sin ninguna razón aparente sintió como era arrastrada a la calle por una mano tosca, áspera sin ninguna clase de calidez, pudo sentir como su corazón se llenaba de ira, de la nada apareció Julián retirando aquella mano y enfrentándose a lo desconocido, nuevamente apareció para salvarla.

  • Julián: Tenga cuidado o terminara sin mano.
  • Extraño: ¿a qué se refiere?
  • Julián: No sé qué trabajo esté realizando pero lo correcto es pedir permiso antes de intentar retirar a la gente por la fuerza.
  • Extraño: ¿me está amenazando?
  • Julián: Para nada, tan solo es una observación de buenos modales, como puede ver la gente en este pueblo es amable y muy buena, estoy seguro que si le pide las cosas de buena manera ellos lo comprenderán.
  • Extraño: Y una madre, no tengo tiempo para esto ahora retírate o veraz (toma la vara de medición y la arroja al rostro de Julián, pero este la toma con fiereza haciendo imposible que la recupere)
  • Julian: Como le dije antes, la gente de este pueblo es buena, pero como podrá darse cuenta yo apenas soy un invitado, así que no me tiente o vera como terminara con su buena suerte, señor.
  • Yuu: ¡Ya basta! Julián cálmate, y usted señor le sugiero que mantenga los buenos modales ya que como comprenderá este asunto es muy delicado para el pueblo.
  • Extraño: Está bien oficial, lo lamento creo que me excedí. Pero ten presente algo muchacho hay cosas de las que no la podrás defender, la realidad es esta. Pronto este lugar pertenecerá a alguien más.
  • Julián: Por eso detesto las peleas, no hay forma de conocer a las demás personas realmente, nunca se sabe con quién te puedas topar (o de qué forma puedan cambiar las cosas), de cualquier forma toma, pero recuerda esto solo debe usarse para medir distancia, ya que si intentas medir otras cosas se romperá fácilmente.
  • Extraño: No bromees es acero del me… (está totalmente arrugado de donde Julián lo tomó)
  • Yuu: Julián llévate a Yumiko a su casa, este no es lugar para chicos ahora ¿comprendes?
  • Julián: Claro que si oficial Yuu, de cualquier forma parece que se aproxima una tormenta, así que la dejaré hacer su trabajo, vamos Yumiko.

El recorrido hasta su casa parecía no tener fin, Julián no lograba alejar de su mente el rostro lleno de lágrimas de Yumiko, ni la tristeza infinita que reflejaban sus ojos. En aquel instante solo podía pensar que si todo seguía este camino ella terminaría igual a él,  y como estos pensamientos partían su corazón en mil pedazos. Fue este dolor tan inmenso, tan profundo, tan lleno de recuerdos que lo obligaron a tomar una decisión, a seguir un camino que estaba seguro lo conduciría a la muerte. Pero no permitiría que eso le pasara, no la dejaría morir en vida. Era hora de comenzar todo sin importarle si eso le costaba su futuro, ni mucho menos si con esto llamaba a su propia parca, al fin de cuentas había estado huyendo de ella por mucho tiempo.

Yumiko se limitaba a caminar detrás de Julián sin poder parar de llorar, sabía que eventualmente este día llegaría, pero porque ahora, porque hoy, en su corazón sentía que todo cambiaria y que todo llegaría a su fin, su pueblo, su vida, inclusive él quien en  cualquier momento partiría como el viento. Todos estos pensamientos le impedían parar de llorar, ella solo se limitaba a  seguir los pasos de Julián hasta que de un momento a otro su compañero se detuvo inesperadamente haciendo que ella chocara con su espalda y que todas sus lágrimas fueran a parar en su camisa.

  • ¿así que eso es lo que te tenía tan preocupada cuando me presentaste tu lugar favorito?
  • Sí, lo remataran en unos días, la cooperativa pesquera no pudo pagar la hipoteca y ahora el banco la rematara.
  • Es solo un puerto, se puede hacer otro cerca a la playa.
  • No es solo el puerto, el señor Irene hipotecó, el puerto que es propiedad de su familia desde los 1700, la colina donde está el cementerio, una gran extensión de terreno junto al mar y otra a las afueras del pueblo, inclusive la  casa donde estás viviendo será rematada y creo que varias propiedades más, es el fin de la familia Faa.
  • Ya te lo  dije una vez son solo cosas nada realmente importante.
  • Pero por lo que he oído quieren hacer un puerto de agua profunda lo cual significaría el fin de la industria pesquera y por ende el fin del pueblo.
  • Nada es el fin si estás dispuesta a luchar.
  • Claro que sí, soy la punta de lanza solo que…
  • Dime, estoy aquí para ti.
  • No sé qué hacer.
  • Yo tampoco estoy muy seguro, ¿pero no se requiere la aprobación del concejo para lograr lo del puerto? La verdad es que no conozco mucho de leyes niponas.
  • Yo… tampoco…




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