Ahora, sentado en el viejo futon habría nuevamente el estuche de su guitarra que desde hacía tanto tiempo era utilizado como maletín de viaje, recuerdos alegres, pero más que nada tristes contenía aquella maleta, recuerdos que había decidido destruir aquella misma noche. Hoy no le interesaba nada de la ropa que contenía, lo que buscaba yacía oculto en su vieja tapa, no recordaba la última vez que la había sostenido, pero su peso y textura era tal como la recordaba, al fin de cuentas era parte de su alma y esta vez debía pedirle nuevamente su ayuda y fuerza para la batalla que se aproximaba, en esta ocasión de una manera diferente. Con suma delicadeza la envuelve en una vieja chaqueta de terciopelo negro y utilizando la correa de su guitara la asegura para el viaje. “esta vez deberé viajar muy ligero”, luego saco su computadora y se conectó a internet, debía dar dos pasos más, el primero agendar varias citas y el segundo llamar a la parca para que viniera por su alma, ahora era solo cuestión de tiempo el cronometro había comenzado a correr nuevamente y él sabía que cuando llegara a cero moriría irremediablemente.
No consiguió dormir nada aquella noche su meditación profunda debía bastar por ahora, pero era tiempo de salir y de romper una promesa. Una simple nota en ingles hecha a mano era todo lo que podía dejar atrás “por favor díganle a la abuela que no podre verla hoy, pero que estaré de regreso al atardecer”. Como lo había pensado inclusive la rastreadora no había llegado aún, y estaba seguro que cuando se diera cuenta que nuevamente la había engañado lo mataría “temprano es temprano” pero si de algo estaba seguro es que nadie lo debería seguir o de lo contrario esto terminaría antes de iniciar.
La mañana había comenzado muy temprano para Yumiko, desde que sus padres se enteraron del incidente de la playa estaban felices a mas no poder, sin embargo la habían obligado a entrenar diez veces más duro, y es que en verdad controlar este poder requería este tipo de entrenamiento. Pero al llegar a casa la expresión de sus padres había cambiado radicalmente, ni siquiera intentaron ocultarlo delante de ella, algo muy grabe acababa de ocurrir “Julián a desaparecido”.
Después de enterarse de la desaparición de Julián Yumiko había tenido que guardar las apariencias e incluso desayunar como si nada hubiese pasado, como si nada le preocupara, pero lo que más ira le dio, lo que más hirió su corazón fue el pensar como Julián había jugado con sus sentimientos todo este tiempo “si en verdad se marcharía por lo menos debería habérmelo dicho a la cara”, de repente se vio caminando hacia la casa de su primo, de repente se vio corriendo hacia ella aguantando las lágrimas de rabia e impotencia, pero debía comprobarlo por ella misma, quería comprobar que él tan solo había jugado con sus sentimientos y al tocar el timbre sus peores temores se volvieron realidad, el ver la expresión de Yuto le dijo que todo era cierto, él se había marchado.
Fueron varios minutos después y ya con rumbo al colegio cuando Yuto le informó que había dejado una carta diciendo que regresaría y que incluso había dejado todas sus pertenencias, pero igual el concejo estaba alarmado por la situación, su padre había tenido que ir muy temprano a rendir explicación de lo sucedido y por lo que sabía ahora todos los rastreadores del pueblo lo buscaban, además por lo que había escuchado no creían que el encontrarlo fuera posible por cuanto ya lo habían perdido en Tokio una vez.
“es cierto él me llevó a Tokio el domingo” de repente algo en su interior se iluminó, un presentimiento que no la dejaba pensar y antes de ingresar al colegio ella ya había tomado una decisión pese a saber que estaría rompiendo una orden directa del concejo.
Mientras corría por las calles Yumiko solo pensaba en una cosa “tiene que ir”. Al final la figura de una estudiante de quince años subiéndose a un autobús fue lo último que se vio de ella aquella mañana mientras en la estación de policía la capitán Yuu y todos los miembros del concejo debatían el mejor rumbo de acción.
Eran cerca de las nueve de la mañana cuando el director del colegio llamó a la capitán Yuu para informarle que tenía la ausencia de uno de sus estudiantes y que confirmando en su casa no se encontraba enferma como inicialmente se lo habían reportado, para la capitán esto era apenas un pequeño incidente y envista de los actuales acontecimientos resultaba insignificante, fue solo cuando el director mencionó el nombre del estudiante que ella comprendió la trascendencia de esta llamada “es Yumiko”, al informar de esto a los miembros del concejo solo la voz de la señora Hisui se escuchó en medio de todo el mar de confusión.
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Editado: 13.05.2021