Lenna me mira sonriente como siempre, me hace pensar cómo una chica como ella logró enamorarse de mí, cómo vio luz en un lugar en el que yo creía sólo era oscuridad, me agacho y coloco mis labios sobre los suyos.
La siento sonreír en medio del beso y sé que ella es lo mejor que me ha pasado en la vida.
—Chris - me mira fijamente, como si quisiera decirme algo — Mañana me iré a visitar a mis parientes, no quiero ir
Asiento y la veo arrugar la nariz con desagrado, siempre me ha dicho que sus primos no le son de su agrado. Ahora tendrá que pasar un mes con ellos hasta que entremos a las universidad, me siento un poco nervioso, después de todo, no es lo mismo que el colegio.
— Entonces nos vemos en la U - sonríe y asiente, se acerca y toma mi cuello, atrayéndome hacia ella — ¿Así sellaremos nuestra despedida?
Asiente y me besa nuevamente, es entonces cuando siento que empieza a llorar, me alejo de ella inmediatamente y la miro. Intenta sonreír pero solo logra formar una mueca en su cara.
— Te voy a extrañar — ríe forzosamente y me abraza. Ella no es de llorar, así que me conmueve que lo haga por esta pequeña separación
— Y yo a ti, Lenna — la aprieto contra mi pecho y espero a que se tranquilice, al separarme, la miro a los ojos directamente — Nos mantendremos en contacto ¿De acuerdo?
Asiente lentamente y se aleja de mí, da una vuelta con su vestido rojo, éste gira con ella haciéndola ver como un ángel. Se despide con la mano y la veo alejarse hacia su casa, antes de entrar, me envía un beso volado y sonríe.
— Te amo — sé que no puede escucharme pero ¿Qué demonios? Que el aire sepa que amo a esta chica.
Al despertar, prendo el televisor, no hay nada más que noticias, dejo en un canal cualquiera y voy a la cocina a prepararme algo. La voz de la presentadora resuena por todo el departamento
— La carretera colapsó aproximadamente a las 23 horas debido a un deslave a causa de las fuertes lluvias, este fatídico accidente ha provocado once muertos y quince heridos graves, en cuanto consigamos más información los estaremos informando. En otras noticias...
Me acerco al televisor, en ella se muestran imágenes de personas heridas, el bus volcado. Corro hacia donde está mi teléfono con el corazón martilleándome en los oídos. Ese bus es en el que ella viajaría.
No debo preocuparme, ella está bien
Con las manos temblorosas, agarro mi celular y busco su contacto, llamo inmediatamente, el alivio me embarga cuando alguien empieza a hablar
— Estimado cliente, el usuario a quien está llamando, no está disponible por el momento, por favor, intente su llamada más tarde
No puede ser
Vuelvo a llamar y la respuesta es la misma, siempre es la misma
Llamo a su madre y la respuesta es la misma, sus teléfonos están apagados.
Necesito calmarme, ella está bien
Marco el número de su hermano y al tercer pitido alguien contesta
— ¿Hola? ¿Conoce al dueño de este teléfono? — una voz desconocida para mi es la que contesta
— Soy su amigo ¿Está Johan ahí? — escucho a la persona jadear — dígame ¿Están bien?
— Lo siento... estaba a su lado cuando... cuando pasó. Él... lo siento, él está muerto
Ésto no puede estar pasando, ayer lo vi cuando fui a recoger a Lenna, estaba... vivo
— ¿Y su familia? Tres personas iban con él: Su madre y sus dos hermanas, su madre era una pelirroja de ojos verdes ¿Los vio?
— Joven... las tres personas que iban a su lado... —vuelve a jadear y sé que lo que escucharé a continuación no me gustará — Los tres murieron... lo siento
Debí haberla retenido, no debí haberla dejado irse... Las lágrimas caen de mis ojos como cascadas al caer en cuenta que no volveré a verla, ni a ella, ni a a su sonrisa, no volveré a ver sus preciosos ojos verdes ni su cabello negro. No podré volver a decirle que la amo.
Debí decírselo una vez más
No recuerdo la última vez que lloré al recordarla, al recordar su cabello negro ondulado, esa sonrisa enorme que solía formarse al verme, sus ojos centelleantes llenos de vida. Y pensar que ni siquiera había logrado ir a su entierro. No conocía a nadie aparte de sus hermanos y su madre, por más que había intentado, nadie sabía nada acerca de sus familiares.
— Chrisch - volteo inmediatamente, la única persona que me llama así es Leah, efectivamente, frente a mí se encuentra una chica morena con cabello teñido de rubio, me mira sonriente, algo que me hace rodar los ojos, inmediatamente se finge herida y hace un puchero — ¿Qué pasa, Crisch?
— Déjame en paz, Leah — vuelvo a meter la nariz en el libro, había estado leyéndolo cuando una frase había provocado que me suma en mis pensamientos — Estoy leyendo
— De acuerdo, Grinch — murmura torciendo la boca, aún así, se sienta a mi lado y coloca la cabeza sobre mi hombro — ¿Estás bien?