Sigues siendo tú

4... Pasado

— Bien... empecemos — asiento aún algo dudoso, creí que querría cambiar de tema, pero en su lugar, se está adentrando más en él — Primero... Tu color favorito es el café

— No, es el blanco — suspira y sonríe enseguida — Mi animal favorito es el perro 

— Era el gato — bajo la mirada y suspiro — Decías que eran independientes, elegantes y discretos

— ¿En serio?— me mira asqueada y niega — De hecho, adoro los perro sus por ser tan juguetones y porque, en cierta manera, dependen de mí, me necesitan

— Odiabas los perros por ser dependientes y "melosos" — abre la boca sorprendida y niega

— Ya no quiero jugar — ríe tratando de parecer alegre — Será mejor que volvamos a la cabaña

Se levanta y empieza a caminar, me coloco junto a ella y creo ver que está triste, levanta la cabeza y me mira, sonríe a medias y vuelve a bajar la cabeza

— ¿Qué crees que pasará si ella vuelve?

— ¿Ella?— asiente sumida en sus pensamientos 

— La otra Lenna — explica segundos después — Sé que no soy parecida a la Lenna de antes, de hecho... es un tontería pero — ríe y niega con la cabeza — Meses después del accidente, empecé a creer que esa Lenna murió y que yo tomé su cuerpo, absurdo ¿No?

No respondo y ella no parece esperar que lo haga, continuamos caminando hasta llegar a la habitación 24, antes de entrar, se gira hacia mí y suspira

— Dile a Leah que no se preocupe por el pasado, que las niñas hacen cosas tontas  y que ha sido perdonada...aunque no sé si pueda hacerlo aún. — La miro confundido y ella niega, sin querer revelarme el significado de sus palabras — sólo dile lo que te he dicho, y dile que me perdone por ser hostil con ella, estaba algo enojada. Nos vemos mañana — lo último lo dice más como una afirmación que como una petición, asiento y ella sonríe antes de entrar y cerrar la puerta frente a mí

Camino hacia la habitación de Leah, golpeo suavemente dos veces y escucho a alguien acercarse, abre la puerta una de sus compañeras, ni siquiera me pregunta qué hago ahí, sólo se voltea y llama a Leah

¿Tan predecible soy?

Leah sale sin maquillaje, al parecer ya estaba durmiendo, aunque es un poco obvio ¿Qué más estaría haciendo si no dormir?

— ¿Qué quieres? — pregunta a regañadientes —sabes que odio que me despierten... he matado personas por menos

— Claro, claro — tomo su muñeca y la saco de su habitación, nos sentamos en una bancas frente a esta, me mira esperando que diga lo que vaya a decirle — Lenna me pidió que te enviara un mensaje

— Por un diablo... — maldice —¿No podías esperar hasta mañana? 

— Uh... —la verdad no lo había pensado, qué idiota, me mira fusilante pero termina por suspirar

— Anda, dilo — aprieta los puños y respira hondo —¿Dijo que soy una mala persona? ¿Que merezco lo malo que me ocurra en la vida? ¿Que va a asesinarme mientras duermo? 

Río ante sus bromas y niego

— No, me envió un mensaje un poco confuso — trato de memorizar y recito — El pasado no importa, las niñas hacen cosas tontas y son perdonadas... o algo así ¿Qué significa? — me mira boquiabierta y baja la mirada como si fuera una niña regañada — Por cierto, me dijo que la disculpes por ser tan "hostil" contigo, que estaba algo molesta

Asiente sin responder, suspira y me mira a los ojos tratando de buscar respuesta a algo

— ¿No te dijo lo que significaba eso? — asiento y ella muerde su labio — Tal vez quiere que lo haga yo misma... — la miro confundido, ella toma mi mano y la aprieta ligeramente — Por favor, prométeme que no vas a odiarme — suspira antes de poder repetirle que no hago promesas —lo sé, de acuerdo... En fin, en el colegio, cuando empezaste a salir con ella... estábamos enojados ¿Lo recuerdas? Entonces... en serio creíamos que ella no era para ti... lo siento — la miro confundido, pero ella no me deja preguntar, aprieta más mi mano y continúa — decidimos... esto es difícil — ríe poco convencida y vuelve a mirarme — Decidimos convencerla de alejarse de ti y... — me mira suplicante cuando retiro su mano de la mía, empiezo a entender lo que va a decir y no quiero escucharlo — A veces... aveces solíamos... Lo siento, Chrish... éramos chicos idiotas, creíamos que... no lo sé

—¿La golpeaban? — me mira al borde del llanto y asiente

No quiero saber más, la dejo sentada ahí, gritándome que me quede, que la escuche, pero no lo hago, ellos eran los causantes de su comportamiento extraño, ellos... Mis amigos. Entro a mi habitación y para mi suerte mis compañeros no están, me siento sobre mi cama y las escenas de aquella época llegan a mi mente




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