Lidia siempre había sido una mujer de fuertes emociones. Su corazón, aunque herido, seguía latiendo con la misma intensidad que el primer día que conoció a Fernanda. Fernanda, su primer amor, la mujer que le enseñó lo que significaba amar y ser amada. Pero Fernanda ya no estaba. Un trágico crimen se la había llevado demasiado pronto, dejando a Lidia con un vacío inmenso en su corazón.
Lidia pasó meses en duelo, encerrada en su apartamento, sin querer ver a nadie. Pero un día, mientras paseaba por el parque donde solía ir con Fernanda, se encontró con Laura. Laura era una mujer llena de vida, con una sonrisa que podía iluminar la habitación más oscura. Lidia se sintió atraída por ella de inmediato, pero también se sintió culpable. ¿Cómo podía sentir algo por otra mujer tan pronto después de perder a Fernanda?
Laura, por su parte, se sintió atraída por la tristeza en los ojos de Lidia. Quería conocerla, quería ayudarla a superar su dolor. Y así, poco a poco, se fueron conociendo. Laura con su alegría y su amor por la vida, fue capaz de sacar a Lidia de su tristeza. Lidia, por su parte, encontró en Laura un amor diferente pero igual de intenso que el que había sentido por Fernanda.
La vida le había dado a Lidia una segunda oportunidad para amar. Aunque al principio se resistió, finalmente se dejó llevar por los sentimientos que Laura despertaba en ella. Y aunque Fernanda siempre tendría un lugar en su corazón, Lidia comprendió que también había espacio para Laura.
Y así, Lidia comenzó un nuevo capítulo en su vida, un capítulo lleno de amor y esperanza, gracias a Laura.
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Editado: 14.03.2024