-Ehhh sí jajajaja, vivo acá, también me mudé para que no me quedara tan lejos mi casa.
-Ah ya…- es lo único que alcanzo a decirle sin quedarme en shock.
-¿Acaso te molesta?- me pregunta sin demostrar alguna emoción que lo delate de lo que piensa.
-No para nada.
Esa respuesta fue la más falsa de todas y creo que se dio cuenta por la expresión de… no sé, ¿Tristeza o de que no le importa? No me lo puedo creer, estoy en shock porque él está a nada de descubrir mi secreto, porque ya se dio cuenta de lo que causa en mí y para mayor colmo ahora vive en mi conjunto, esto puede terminar muy mal, no puedo bajar la guardia ¿Qué dirían en el colegio si se enteran de ello?
-¿Y en que torre vives Santi?
-En la 8 ¿Y tú?
-¡Pero qué coincidencia! Yo soy de la torre 7, justo al lado tuyo.
-Que interesante enserio- le digo totalmente acabado, de esto no va a salir nada bueno.
-¡Sí! Ahora podremos ir al colegio juntos y hacer las tareas también.
Esto es el fin, ahora sé que esto no puede llevar a nada bueno, me desilusiono porque cada vez me doy cuenta que Nicolás es heterosexual, es imposible que sea gay.
-Bueno Santi, me tengo que ir, chao pasa linda tarde.
-Chao Nico pasa linda tarde también.
Entro a mi torre y salgo corriendo al ascensor para poder llegar a mi apartamento, si no me equivoco puede que la ventana que está justo enfrente de la mía (que antes estaba vacía hasta donde me acuerdo) sea el cuarto de Nicolás, en parte es bueno porque lo podría ver más tiempo pero malo también porque no se si pueda disimular todo lo que pienso en mi propio cuarto...
Entro al apartamento y me detengo en seco frente a la puerta de mi habitación, me relajo y miro por la puerta, mi cuarto está totalmente ordenado, pero nunca me dura mucho, está mi cama sencilla, mi biblioteca de libros, una mesa para hacer las tareas, un televisor (que casi nunca enciendo), el computador, un pequeño parlante y nada más. La luz del atardecer del día entra por la ventana por montones dándole un aspecto de habitación de catálogo que le da una tranquilidad muy bonita a todos los rincones de la habitación, intento mirar hacia la ventana para ver si alcanzo a ver algo de la ventana de la torre de al lado pero no veo nada, estoy muy lejos para alcanzar a ver algo.
Entro a mi cuarto con una fingida inocencia, me acerco a mi cama y dejo mi maleta, me quito el uniforme y me pongo rápidamente una ropa un poco más cómoda.
Decido mirar a la ventana de nuevo con la esperanza de que si sea el cuarto de él y me encuentro con todo un espectáculo, si, es el cuarto de Nicolás, el detalle está en que él está justo enfrente con solo unos bóxer, está casi desnudo, se debe estar cambiando, sus cabellos castaños brillan por el sol de la tarde y sus ojos verdes muy vivos miran con mucho detalle al clóset, tiene un cuerpo muy bien formado, se le ve el abdomen muy definido y unos brazos bien grandes, estoy totalmente tonto mirando a aquel dios que tengo enfrente... No me lo creo, es perfecto…
¡Mierda! ¡Me está mirando!
Alcanzo a ver cómo sonríe de la risa, está totalmente contento con la situación y yo siento como el calor se me sube por las mejillas, me paro y salgo de mi cuarto y lo último que alcanzo a escuchar es la risa de Nicolás en el fondo.
* * *
Después de pensar las cosas y dejar de estar apenado estoy dispuesto a entrar a mi cuarto y cerrar la cortina para que no me vuelva a pasar algo parecido de nuevo.
Entro y rápidamente me acerco a la ventana pero me detengo en seco, Nicolás está ahí (ya vestido) mirando por la ventana hacia mi habitación, esperando a que apareciera de nuevo supongo...
-¡Vecino!¿Cómo estás?
-Bien gracias- le digo para acabar con esto rápido.
-Respóndeme algo ¿Sí?
-Depende de la pregunta.
-Pues más que pregunta es información jajaja, te quería decir que si me querías ver sin camisa solo tenías que decirme y ya, en lugar de disimular con que no me ves por la ventana.
Eso sí que es raro, ¿Será que es de esas personas que así no sea gay le gusta sentirse deseado por alguien? No lo sé, solo se que tiene mucha confianza en sí mismo.
- Ejem... no, no te quería ver sin camisa- le digo, siento como me voy poniendo como un tomate (de nuevo) por la situación tan incómoda.
-¿Seguro? Porque me di cuenta que estabas bastante contento viéndome- me dice con un tono seductor.
-Si, estoy muy seguro.
-Ah, entonces no te importa que me la quite de nuevo.
No me deja ni procesar la información cuando ya no tiene la prenda encima, tiene una sonrisa de muerte y se me queda mirando esperando mi reacción, yo estoy totalmente sin aire, es muy atractivo...
-Entonces podemos hablar normal ¿Qué haces Santi?
-Eh…- me demoro pensando en qué decir-. Estaba... estaba buscando algo de comer.
-¿En tu cuarto Santi? Eso es un tanto extraño…- me dice con un tono de pícaro.
-¿Qué? Eh, no me refería a eso...