Al mes de su llegada, Luz levanto mucha temperatura, quizás por la ausencia de aquellos seres que debían protegerla o porque aún era pequeña y muy débil. Vicente sabía que aquella pequeña niña debía estar con su padre tras la ausencia de su madre, pero también sabía que al lado de Henry terminaría como su madre. Luz había crecido y convertido en la viva imagen de su madre, treparse a los árboles, estar descalza y liguera de ropa sin importarle nada, pero entendí que aún era pequeña. Aunque una noche todo cambio.
Vicente miraba al doctor, aquella expresión era diferente y sabía que algo andaba mal. El doctor toco su hombro y aquellas palabras derrumbaron su mundo. Su pequeña niña estaba muy enferma y quizás la perderían. Solo en su despacho lloro, ya había perdido a Sofia y ahora a Luz. ¡NO!, no podía perder a su niña. Papel y pluma era lo único que necesitaba para poder salvar a su niña.
EL IMPERIO
Henry observaba los papeles sobre la mesa, no importaba si poseía todo el poder del imperio y ni tener infiltrados a sus mejores hombres en el reino enemigo, no sabía nada de Raphael, era como si la misma tierra lo había tragado y con él, su venganza.
Venganza, la única palabra que lo había mantenido con vida todos estos años. Venganza, su primer pensamiento al despertar y ver que a su lado ya no se encontraba Sofia. Venganza, lo único que le quedaba en aquella habitación vacía y fría. Venganza, donde en sus sueños puede abrazarla, besarla, sentirla sola y exclusivamente de él, donde aquella pasión lo consumía como cuando aún ella vivía. Venganza, como el dolor del despertarse después de aquel sueño y darse cuenta que se encontraba completamente solo. Y venganza, tras arrugar aquel papel que sostenía en su mano y saber perdería a su hija como al amor de su vida.
Salió de su despacho dando órdenes con aquel todo de voz que Harry conocía a la perfección.
-Henry ¿qué sucede?
-Necesito que ubiques a Taylor con urgencia.
-Haces unos días que no se sabe de el
-Como es posible que un general tan importante como Taylor, se encuentre desaparecido sin dejar rastro.
-Envié unos hombres en su búsqueda
- Debo partir- continúo caminando- Luz no se encuentra muy bien y debo traerla
-Déjame ir contigo- dijo Harry- Quizás me necesites
-Harry aquí te necesito- toco el hombro de su amigo- Solo confió en ti, la desaparición de Taylor me parece muy extraña
- ¿Extraña? -Harry hizo una leve risa- Hace unos años enloqueció y peor después de la muerte de Sofía –miro a un costado – y se lo merecía por haber maltratado a sofí.
-Aun así, nunca se ausento por mucho tiempo y menos en su hogar, dejando a la pobre señora Paloma con el corazón en la boca- Salió del castillo del rey- Harry estamos en las etapas finales de esta guerra donde todos atacaran por cualquier lado para debilitar al otro-Se voltio para ver a Harry- Y yo por mi parte, no creo en las casualidades a estas alturas del partido.
PUEBLO
Jazmín miraba a Luz dormir. Hacía unos días que había caído en cama y aunque los remedios la mantenían estable, debía recibir el tratamiento urgentemente, y no había señales de que Henry había recibido la carta. Salió de la habitación y se encontró con su esposo subiendo las escaleras. Ambos la bajaron juntos tomados de las manos, el dolor que habían sentido cuando perdieron a Sofia volvía a ellos y ahora le quitaban lo único que quedaba de su hija. Tras llegar al jardín y sentarse, sintieron una voz familiar que los volvió a levantar de sus asientos.
- ¿Cómo se encuentra mi hija? - con el cabello suelto, traje militar, un bastón en su mano derecha y la mirada fría, ahí se encontraba Henry parado delante de ellos.
Jazmín dejo caer lagrimas porque delante de ellos estaba la única persona que podía salvar a Luz .