Solo tú

19. Elenor

Bajamos del avión, caminamos por la terminal hasta la cinta que transporta nuestras maletas y salimos del aeropuerto para montarnos en un taxi. 

Subimos en el ascensor hasta la cuarta planta y abro la puerta encendiendo la luz del salón para ver dónde pisamos. 

Dejo las llaves en el bol de la entrada, encima de un zapatero, y miro a mi prima que está con la boca abierta por la remodelación que le he hecho al piso. 

—No parece el mismo —me halaga con una sonrisa—. La tía te lo había dejado con unos muebles un poco viejos. 

—Hacía mucho tiempo que no estaba aquí y sus padres lo cuidaron hasta que se jubilaron. Me vino muy bien cuando me mudé a Seúl —le digo cogiendo dos botellines de cerveza de la nevera para entregarle uno a ella. 

—Espero que mi entrevista de mañana salga como planeo. 

—¿Para qué trabajo es? —quiero saber al darme cuenta de que no le he preguntado mucho al respecto. 

—Como cámara para una cadena de televisión. Si me contratan podré darle una gran sorpresa a mi WooWoo —contesta con una sonrisa de oreja a oreja. 

—Cierto. Estará deseando verte. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que estuviste aquí. ¿Lo has llamado? —nos sentamos en el sofá dando pequeños sorbos a la cerveza. 

—Quiero darle ambas sorpresas a la vez. Le he dicho que no podré hablar con él en unos días porque tengo que cuidar de la tía.

—Muy bonito. ¿Estás poniendo a mi madre como excusa para que no te descubra? —le inquiero intentando parecer indignada, pero fallando por completo.

—Solo un pelín. ¿Y tu novio sabe que ya estás aquí? 

En cuanto su última palabra salió de su boca, el timbre sonó en la estancia, sobresaltándonos y sorprendiéndonos.

Me levanto del sofá dejando el botellín en la mesita auxiliar delante del mueble y abro la puerta para encontrarme con JK, ataviado con la mascarilla y la gorra de béisbol para que nadie lo reconozca por la calle. 

Le dedico una sonrisa y, sin previo aviso, me agarra de la cintura, baja su mascarilla y me deja un beso que me hace temblar las piernas y me deja sin respiración. 

—Te he echado mucho de menos. No vuelvas a irte por tanto tiempo —me susurra con la frente apoyada en la mía y acariciando mi rostro con sus manos. 

—Lo intentaré. No sabía que vendrías tan temprano. 

—He terminado de grabar antes y he venido corriendo al ver la hora. 

—Pasa. ¿Te acuerdas de mi prima Belinda? —le digo cerrando la puerta detrás de él y con su mano entrelazada a la mía. 

—Por fin nos vemos en persona. No sabía que vendrías acompañada.

Estrecha la mano de mi prima con una sonrisa en los labios y se sienta entre las dos, dando un sorbo a mi botellín de cerveza. 

—Fue casi en el último minuto la decisión. Me llamaron para hacer una entrevista y no he podido rechazarla —le explica Belinda con la espalda apoyada en el respaldo del sofá y las piernas cruzadas. 

—¿También vas a venir a vivir a Seúl? —inquiere sorprendido por esa noticia. 

—Si me contratan, sí. 

—Está prometida con un coreano, pero ha estado cuidando a mi madre por mí hasta que la llamaran para una entrevista —le informo abrazada a él.

—Eso es estupendo. ¿Ya tenéis fecha para la boda? 

—Aún no. De momento solo estamos prometidos hasta que nos asentemos en algún lugar —aclara Belinda dejando el botellín en la mesa auxiliar.

Continuamos conversando durante unos minutos más. 

Estamos cenando cuando alguien llama a la puerta y abro para ver quién es. 

Mis ojos se abren de par en par al ver a mi ex jefe delante de mí y siento que JK se levanta de la silla y se acerca a mí para agarrarme de la cintura. 

Jensen pasa su mirada de uno a otra, suspira y empieza a hablar:

—Quiero disculparme por lo de la última vez. He venido antes, pero no había nadie. 

—He estado de viaje. Te agradezco las disculpas.

—Gracias por aceptarlas. Será mejor que me vaya. 

El hombre da media vuelta con la mirada clavada en el suelo, avergonzado por su comportamiento ese día que llegó borracho, y baja las escaleras, desapareciendo de la vista de nosotros. 

Cierro la puerta y miro a JK sorprendida por esa disculpa. Es la primera vez que escucho decir esas palabras a ese hombre. 

—¿Qué ha sido eso? —me pregunta mi prima cuando nos sentamos de nuevo a la mesa.

—Hace unas semanas vino borracho e intentó forzar a tu prima. Le he dicho que debería mudarse, pero no quiere —contesta mi novio antes de que yo pueda decir nada. 

—Elenor, deberías escucharlo. ¿Por qué te viene a buscar ese hombre? 

—Es mi ex jefe. Tuvimos una aventura y lo dejé. Cambié de empleo para no estar cerca de él, pero no deja de buscarme. No quiero mudarme —comento metiendo el tenedor lleno de ensalada en mi boca. 



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En el texto hay: romance, amor

Editado: 12.05.2023

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