Solo tú

57. EunSu

Nos despertamos temprano para poner rumbo hacia la casa de los padres de JoMin y cierro los ojos al apoyar la cabeza en el reposacabezas del sillón.

Siento que mi chico busca mi mano con una caricia en el muslo y abro los ojos para dedicarle una sonrisa cuando deja un beso en el dorso de mi mano, entrelazada con la suya.

—Duérmete un rato si quieres —me propone al encender la radio y bajar el volumen para no molestarme.

—Te haré compañía para que no te duermas. 

—Descansa. Te vendrá bien para aguantar el interrogatorio de mis padres. 

—Seguro que no es para tanto —digo con inocencia e ingenuidad ante su exageración. 

—Como quieras. Espero no tener que decirte “te lo dije” —advierte entrando al fin en la autopista.

Subo un poco el volumen de la radio para no quedarme dormida y clavo mi mirada en la carretera mientras muevo mi cabeza al ritmo de la música.

—Son las seis de la mañana, mis queridos musiqueros y, por desgracia, ha llegado la hora de despedirnos hasta esta noche a las diez en punto. Espero que os hayáis entretenido durante todas estas horas juntos. Depresión fuera, música en el corazón —habla la locutora con su voz melódica, aunque un poco rasgada.

—Me encanta esta chica —confieso con una sonrisa cambiando la emisora. 

—¿A ti también? Ya tienes algo en común con YoonKi. Cuando está en su estudio solo escucha esa emisora y ese programa. Dice que así se inspira más —comenta mi chico encogiendo los hombros sin darle importancia al asunto. 

—YoonKi tiene muy buen gusto con la música, es lógico que le guste el programa.

—Tienes razón. Nuestro mánager está intentando conseguir una entrevista con esa emisora. 

—¿De verdad? ¿Ella estará? 

—No lo creo si su programa es de madrugada —me mira de reojo para ver mis labios fruncidos en una mueca infantil, se ríe y agrega—: Vendrás con nosotros y, a lo mejor, te la encuentras por los pasillos.

Le dedico una sonrisa de oreja a oreja, alzo nuestras manos entrelazadas hasta mis labios y le dejo un beso en el dorso. 

***

Después de casi cinco horas de camino, freno delante de la casa que JoMin me señala, nos ataviamos con las mascarillas, cogemos la maleta que compartimos para pasar una noche con sus padres y abre la puerta con las llaves que saca del bolsillo de su mochila. 

Cierra detrás de mí, me agarra la mano, asiente para preguntarme en silencio si estoy lista y nos encaminamos hacia el interior de la vivienda. 

El olor de la comida recién hecha llega a nuestras fosas nasales al cruzar el umbral y tres pares de ojos se clavan en nosotros con los ceños fruncidos.

Nos quitamos las mascarillas y una sonrisa invade cada rostro de las tres personas sentadas en la mesa del comedor.

—Pasad y sentaos. Seguro que estáis hambrientos —nos invita la madre de mi chico al levantarse para acercarse a nosotros.

—Creo que lo mejor será presentaros primero —comenta JoMin dejando un beso en la frente de la mujer—. Familia, ella es EunSu, mi novia. Gordita, ella es mi madre JiWoo, mi padre JiMin y mi hermano pequeño Dae-Min.

—Estamos encantados de conocerte al fin y, por lo que puedo ver, mi hijo tenía mucha razón con tus ojos. Son muy inusuales para una coreana —me halaga la madre estrechando mi mano con energía.

—Gracias. Mi madre es la culpable de que tenga estos ojos —le informo con una sonrisa tímida.

—¿De dónde es? —Quiere saber el hermano pequeño de mi novio. 

—De España. 

—¿Cómo llegó hasta Corea? 

—En avión —contesto haciendo que el joven asienta para darme la razón y me dedica un movimiento de mano para invitarme a que me siente a su lado. 

—Muy aguda. Te ha dado de tu propia medicina —comenta el padre riendo y despeinando a su hijo menor. 

Me siento para quedar entre los dos hermanos, mi suegra me sirve café y mi suegro me llena el cuenco para que coma el ramen que han preparado. 

—Veo que habéis traído una maleta, por lo que debo suponer que os quedaréis hasta mañana —dice la madre con un guiño de ojo a mi chico.

—Papá no me dio muchas opciones —responde él cogiendo unos palillos del centro de la mesa. 

—No se puede conocer a una persona en unas pocas horas. Quiero conocer a mi nuera como la palma de mi mano —explica el hombre enseñando la palma de su mano para dramatizar un poco el comentario. 

—Pues a mí ya me cae bien. Es guapa, con unos ojos impresionantes y muy inteligente para dejarme sin habla con pocas palabras —informa el hermano pequeño sin levantar la mirada de su tazón de cereales. 

—Renacuajo, frena con los halagos. Para eso ya me tiene a mí, su novio —replica JoMin pasando su brazo por mi espalda para llegar hasta el brazo de su hermano y dejarle un leve golpe. 

—Solo digo la verdad. Y es mi cuñada, ¿por qué no voy a poder decirle piropos? 



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En el texto hay: romance, amor

Editado: 12.05.2023

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