JK y yo nos subimos al coche de la camarógrafa, arranco el motor, nos ataviamos con las mascarillas y las gorras para no ser reconocidos tan fácilmente y pongo rumbo hacia la casa de la chica para esperar a su abuelos.
Entre los dos recogemos los pocos cacharros que se han quedado en el fregadero, nos sentamos en el sofá y encendemos la tele para calmar nuestros nervios. Será la primera vez que los veamos en persona y queremos dar buena impresión.
Escuchamos el timbre resonar en la estancia y nos levantamos de un salto, aún más nerviosos que antes. Nos acercamos los dos a la puerta y abrimos después de respirar hondo.
Les dedicamos una sonrisa de oreja a oreja y nos echamos a un lado para dejar que pasen hasta el salón. Los ayudamos con las maletas, las dejamos en la segunda habitación y regresamos con ellos para ser presentados:
—Abuela, ellos son Jan, un amigo, y JK, mi novio —aclara Elenor abrazando a mi compañero.
—Sois los dos muy guapos, aunque ya os había visto en video-llamada —contesta la mujer con una reverencia a cada uno y un abrazo después.
—Encantados de conoceros por fin. Hemos reservado en un restaurante para la cena y que recordéis el sabor de la comida coreana —comenta el maknae al sentarse en el brazo del sillón junto a su novia.
—Muchas gracias —agradece el abuelo con sus ojos rasgados escrutándonos a Belinda y a mí—. ¿Estáis seguros de que vosotros dos no sois pareja? —nos pregunta con extrañeza.
—No, abuelo, aún no —responde la chica mientras yo niego con la cabeza y me quedo petrificado al escuchar esas dos últimas palabras.
¿Aún no? ¿Qué ha querido decir con eso?, me pregunto mirándola extrañado y confundido.
—¿Y dónde está nuestra invitación a tu boda? —quiere saber la abuela con cara de disgusto.
—No está porque no habrá boda.
La boca de todos los presentes, excepto la de Elenor, se abren ante la noticia y la miro con sorpresa y casi emoción.
—¿Qué ha ocurrido para que cambies de opinión a poco tiempo de la celebración?
—Lo encontré con otra en una postura demasiado amigable —comentó la camarógrafa con desagrado en su rostro.
Mi mente viaja hacia la madrugada en la que ella fue hasta la casa y lloró en mi pecho como una niña pequeña. ¿Fue eso lo que le pasó?
¿Por qué no ha querido decirme nada?, pienso con curiosidad.
—¿Por qué no nos lo dijiste antes? —inquiere mi compañero, un poco molesto con ella por la falta de confianza.
—No quería que me tuvierais lástima. Ya estoy mejor y puedo hablar sobre ello. Gracias a los dos por cuidarme esa noche —nos agradece con una sonrisa.
***
Salimos de la casa de las chicas ataviados con las mascarillas y las gorras y nos repartimos en los dos coches. Por suerte, Elenor se apiada de mí y deja que vaya a solas con su prima para que podamos hablar.
Dejo que ella conduzca y sigue el coche de su prima para llegar hasta el restaurante donde JK ha reservado para la cena.
Durante el camino, me cuesta un poco empezar la conversación porque no sé por dónde empezar y ella parece darse cuenta de ello.
—Pregunta lo que quieras. ¿Qué quieres saber? —me dice para que me relaje.
—¿Por qué no me lo has dicho antes? ¿No me consideras tu amigo?
Un pequeño gruñido sale de la garganta de ella, pone los ojos en blanco, respira hondo y contesta:
—No podía decirlo porque no quería que me tuvieras lástima. Y, respecto a la segunda pregunta, te considero algo más que mi amigo.
—Ah, genial. He pasado de amigo a hermano —apunto maldiciendo en mi interior.
—No, precisamente como un hermano tampoco. Sin embargo, me gustaría esperar un tiempo más antes de empezar algo más allá de la amistad.
La miro con perplejidad y comienzo a entender lo que quiere decir. Mis esperanzas e ilusiones regresan a mi corazón y lo hacen latir a gran velocidad, nervioso.
—Quieres organizar tus sentimientos, ¿verdad? Está bien. He esperado casi siete meses para escuchar esto, podré esperar un poco más.
—Gracias.
Entramos en el restaurante, en la zona VIP que JK ha reservado para tener más privacidad, nos sentamos alrededor de la mesa y cenamos mientras los abuelos nos cuentan todas las experiencias vividas durante sus viajes por todo el mundo.