Los chicos están grabando y todos los presentes estamos con las mejillas doloridas de reír.
La primera misión consistía en hacer siete gestos diferentes para una misma palabra. La pasan después de una demostración fallida y eligen unos aperitivos como premio.
Me preparo para hacer los aperitivos y los chicos tienen media de descanso para disfrutar de las máquinas de juegos que hay a su alrededor.
La segunda prueba es saltar a la cuerda. Se dividen los saltos entre los siete para poder hacer en el minuto establecido y lo consiguen a la primera.
Están celebrando el triunfo cuando veo a las chicas entrar en la sala, saludando con una reverencia a cada miembro del staff que encuentran a su paso.
Sin poder evitarlo, las cuento mientras se acercan hasta mí y me doy cuenta de que falta Elenor. En cuanto las demás llegan hasta mí les pregunto en un susurro por la editora.
—Ha tenido que ir a la editorial. Llamará para ver si seguimos aquí o se va directamente a la casa —responde SuHye en español.
—¿Por qué lo dices en español? ¿No quieres que JK se entere? —inquiero confundida.
—Más o menos. Ha tenido que ir porque el nuevo editor no termina de hallarse en su puesto y ella le está ayudando por orden de su jefa. JK no está muy contento con ese chico. No para de llamarla y cree que quiere algo más que solo hablar de trabajo.
Ahora entiendo la discusión que tuvieron en Ilsan y regreso a mi trabajo sin dejar de hablar con las chicas en voz baja para no molestar mientras graban.
***
Las misiones continúan y los chicos logran terminarlas antes de las seis de la tarde, lo que les deja bastantes horas libres hasta mañana.
A los siete les ha encantado mi cocina y al staff también. El director me pide la tarjeta del catering para llamarme otra vez y recojo mis cosas para irme con HoYung en cuanto él termine.
Estamos esperando a los chicos, sentadas a un lado de los monitores, cuando JK se acerca a nosotras y pregunta por la editora.
—MinSuk la ha llamado para que vaya a la editorial. Había un problema con la imprenta —contesta SuHye sin titubear.
—Voy a llamarla —comenta dando al botón de llamar al instante.
Se aleja para poder hablar a solas y los chicos llegan para poder marcharnos.
—¿Qué ha pasado? —quiere saber NamYoon cogiendo en brazos a WooJin.
—Elenor está trabajando y la está llamando —responde SuHye enlazando su mano con la de TaeJoon.
—Me parece que esta noche vamos a tener discusión.
***
HoYung me ha invitado a cenar con ellos en la casa, por lo que me subo a la furgoneta alquilada y sigo a las chicas acompañada por Mónica.
La curiosidad y preocupación me puede y tengo que preguntarle por la relación de JK y Elenor.
—¿Qué les ocurre? Cuando los conocí no discutían —digo sin apartar la mirada de la carretera y del coche de EunSu.
—La verdad es que todos estamos preocupados. Últimamente solo discuten y no sabemos cómo hacer para que la relación vuelva a la de antes —contesta la locutora con pena en la voz.
—¿Por qué empezaron a discutir? ¿Sabéis la causa?
—Los celos de JK hacia el nuevo compañero de trabajo de Elenor. Es un editor nuevo y la jefa se lo asignó a ella para que lo aconseje y le enseñe el mundillo de la editorial. La llamaba a menudo para preguntarle algunas dudas y JK cree que quiere algo más con ella.
—¿Y qué cree ella? —quiero saber con curiosidad.
—Que solo quiere aprender sobre su profesión. La verdad es que todas pensamos igual, pero JK está cegado por los celos y no lo ve.
—Qué follón —digo en español temerosa de que la relación llegue a su fin por ello.
Aparco casi enfrente de la puerta de la urbanización, cierro la furgoneta y me encamino junto a Mónica para poder entrar en el complejo de casa y edificios.
EunSu nos da la bienvenida cuando abre la puerta de la vivienda y me asombro por lo grande y espaciosa que es.
Las chicas preparan la cena y la mesa hasta que el grupo llega y nos sentamos a la mesa rectangular.
—JK, ven a cenar —le dice Jan sirviendo un poco de ramen en el plato de su novia.
—No tengo hambre. Cenad vosotros —el maknae se queda tumbado en el sofá, mirando el móvil y mandando mensajes que no son respondidos por su receptor.
Lo escuchamos bufar, enfadado y fastidiado. Los chicos se miran entre sí y parece que se hablan con la mente porque se levantan todos a la vez y se tiran encima del pequeño del grupo para hacerle cosquillas y molestarlo un poco hasta que ríe sin ganas.
Las chicas y yo los observamos desde la mesa con una sonrisa en los labios al ver la gran amistad que tienen los siete y escuchamos que se abre la puerta que da al garaje para dejar paso a la editora.
Los muchachos regresan a la mesa cuando la ven y JK se levanta con el semblante serio para agarrar su mano y llevarla a la habitación casi a rastras.