“Eras el motivo por el que yo mentía para no preocuparte”
Todos estos sentimientos solo rondan por mi mente sin entenderlos...quisiera poder mantener mi mente y corazón en calma, sin preocupaciones. Siempre pensé que mi mente era un mar de ideas, pensamientos, teorías y emociones pero solo veo un hoyo negro por el que nada ni nadie ha podido llenar del todo, ni aunque ahí estuviera mi familia y Emma. Simplemente no hay nada que me haga estar tranquila y en paz, y eso me hace pensar que soy una persona con algún problema mental y eso me asusta mucho...pues causaría muchos problemas familiares por eso. Me da miedo el estar sola, pero el estar acompañada me causa terror, el que alguien me quiera me duele mucho, por que tal vez yo vaya a lastimar su corazón. Y un corazón se debe tratar con amor y cariño, sin rencores ni malos pensamientos, y esa es la razón por la cual no puedo amar a mi madre o mi padre pero una parte de mi quiere amarlos... ¡AGH! esto es tan confuso. No quiero lastimar sus corazones por no ser la hija que ellos deseaban que fuera y eso causa que me odie a mi misma por no ser lo que mis padres quieren que sea, feliz, sonriente, positiva sin importar las circunstancias. Esto solo lo hace imposible de lograr, me pregunto si uno puede ser así de perfecto...
—¡Vamos a jugar! —grito una voz a lo lejos—.
—¡Espera! ¡No me dejes atrás! —contesto otra voz—.
—¡Niños no corran! —le siguió una voz un poco más lejos—¡Cielos!, ¿podrían dejar de correr tan rapido? —.
—Mamá eres muy lenta, ¡vamos! —respondió la voz—.
Me giré un poco para ver de que se trataba tanto griterío, y vi a una madre con lo que parecían ser sus 2 hijos y llevaba una pequeña niña en brazos, eso me tomo por sorpresa pues casi nadie iba tan temprano al parque...y eso me levanto de golpe donde estaba. ¡¿Tan tarde se hizo?! Me asuste mucho de tan solo pensar que las horas se habían ido cual reloj de arena, así que me acerque sin pensarlo a la señora.
—¡Disculpe...! —hable a la señora—¡¿Podría darme la hora?! —.
La señora igualmente se sorprendió de que apareciera tan de pronto en frente suyo. Pero a pesar de eso fue muy amable.
—¡Oh! Son las 4:56 de la tarde—
—¿¡Enserio!?, no puede ser... —
—¿Por qué niña, tienes un compromiso? —
—S-Sí...debo regresar a casa, si no mis padres se preocuparan—exclame a la señora—.
—Ya veo, tienes razón tus padres se preocuparán—
—Perdone que le haya asustado—dije avergonzada—.
—No, no, niña no tienes porque decirlo—
—Bueno, muchas gracias tenga bonita tarde—exprese con la mejor sonrisa que pude—.
—¡Igualmente niña! —me respondió la señora amablemente—.
Y en cuanto me despedí de ella, me fui apresurada a mi casa pues a las 5 de la tarde tenía que ya estar en casa, y no quería que sospecharan que falte a la escuela. Y a los segundos escuche de lejos las voces de los hijos de la señora pero no alcance a escuchar lo que dijeron.
—Mamá, ¿con quien hablabas? —pregunto el niño a su mamá—.
—Con una pequeña niña que estaba preguntándome la hora—
En ese momento el niño me señalo por la espalda, aunque yo no me di cuenta hasta que di vuelta a la izquierda para no tomar tanto tiempo a casa, me pareció extraño pero no le di importancia.
—¿Hablas de esa niña? —dijo el niño señalándome—.
—Sí, es ella—responde la madre—.
—¡Ella es la niña que va en el mismo salón que mi hermano, Joshua! —exclamo el niño a su madre—.
—¡Vaya! ¿Enserio? Me extraña que Joshua nunca la haya invitado a la casa. —
—¿¡Invitarla!? Mamá ¿acaso no sabes lo que ha hecho? —pregunto el niño a su madre alarmado—.
—¿Por qué no? Se ve que es una niña muy dulce—
—¡No! Mi hermano me ha dicho que es de lo peor, ¿Te acuerdas de Emma? —
—¡Claro! Como olvidar a una niña tan alegre, que desafortunado destino tuvo—dijo la madre con una mirada triste—.
—Pues la que provoco el accidente que tuvo fue ella, ¡ella la empujo! —
—¡Pero qué cosas dices Julian! —grito la madre molesta tras el comentario de su hijo—.
—Es la verdad mamá, ¡Joshua me lo dijo! —
—¡Que muchacho tan irrespetuoso! Va a escucharme en cuanto llegue a casa... —suspiro la madre irritada—.
—¡No espera mamá! No regañes a mi hermano, solo dijo la verdad... —
—Ya, vete a jugar antes de que me arrepienta de haberlos traído, una palabra sobre esto y no más idas al parque, ¿Oiste? —dijo la madre amenazando a su hijo—.
—¡Esta bien! Ya me voy... —
Me sorprendió lo rapido que estaba por llegar a casa, ya que tenía unos cuantos moretones y rasguños, pero creo que el ver a una madre con sus hijos me recordó que yo también tengo una y estoy agradecida por tenerla, aunque a veces duela...Quiero a mis padres, pero por separado juntos solo hace que se lastimen y no quiero eso... ¿Acaso el amor se basa en las peleas? ¿Es cierto que el amor duele? Si es así...entonces ya no quiero sentir amor por nadie, así tal vez ya no duela tanto así que hare lo posible por no amar a nadie.
Pronto a la vista pude ver mi casa, estaba ansiosa por llegar pues quería contarle a mi madre de mi plan de no amar a nadie, pero no tome en cuenta que sería la última vez que vería a mi madre. Ya estaba a dos casas de llegar y note que había un taxi en frente de mi casa, aquello era muy inusual pues nunca pedíamos taxis a menos que fuéramos de viaje o cuando se descomponía el carro de mi padre, así pues, acelere más mi paso para ver lo que estaba pasando, mi corazón y mi cuerpo se paralizo como nunca antes, vi a mi madre saliendo de casa con una maleta lo bastante grande para un viaje largo, no me apresure a sacar conclusiones pues pensé que nos iríamos de viaje, estábamos casi en navidad así que era probable que fuéramos de viaje, por tanto me acerque y me puse en medio de su camino antes de que pudiera entrar al taxi.