Sueño De Una Luna De Estambre

52

Eran más de la doce de la madrugada, Jaime una vez más no podía dormir. Se había quedado varios minutos viendo el techo. Después empezó a dar vueltas en la cama, cuando de pronto y sin darse cuenta entre las sombras vio la silueta de Alma de pie junto a su puerta. Intento levantarse, pero Alma lo detuvo metiéndosele en la cama y sentándose encima de él, para empezar a besarle el pecho. Jaime no podía creer lo que estaba sucediendo, pues su fantasía de tantas noches se estaba haciendo realidad, había pasado tantos días y tantas noches pensando cómo sería que cuando estaba pasando no sabía cómo actuar. Alma dejo de besarle el pecho y ambos se quedaron viéndose en la oscuridad, iluminados solo por el brillo de sus ojos que lucían como un par de luceros. Alma beso en la boca a Jaime para evitar que hablara o se levantara, después de besarse durante algunos segundos al fin Jaime la rodeo con sus brazos, después permanecieron acariciándose y besándose hasta que Alma se quitó el batón quedando completamente desnuda y mostrando sus pechos los cuales Jaime empezó a acariciar y a besar. Alma sentía los gruesos y callosos dedos de Jaime recorriendo su piel. Ambos sentían sus corazones latiendo, su temperatura subiendo y su respiración acelerándose. Se aferraban con sus manos a la espalda del otro. Alma encajo tan profundo sus dedos en la espalda de Jaime, que al descenderlos fue dejándole marcas, casi arrancándole la piel, pero sin que a él le importara. Volvieron a besarse, sintiendo el vaho caliente de sus bocas y su saliva mezclándose. Jaime le toco delicadamente el rostro a Alma quien lo tomo por la nunca para sentir sus rizos entre sus dedos.

            Amanecía, y Alma estaba debajo de las sábanas, envuelta entre los brazos de Jaime. Cundo abrió lentamente los ojos se dio cuenta que a la alcoba entraba la claridad del día. Se levanto sobresaltada poniéndose de pie y quitándose los brazos de Jaime de encima. Se puso de nuevo el batón y salió sin despertarlo. Lo más difícil fue escabullirse hasta su alcoba cuidándose de Leonora y Rita. Para su buena suerte, ambas estaban en la cocina, lo que le dio la oportunidad de que no la vieran.

Cuando Jaime despertó pensó que todo había sido un sueño, pero cuando paso al baño y se veo al espejo pudo notar la marca de un beso en su cuello dándose cuenta que nada de lo que había pasado en la noche había sido un sueño.



#8201 en Fantasía
#1818 en Magia

En el texto hay: drama, magia, romance amor

Editado: 31.08.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.