El Tiempo

Es uno de esos momentos en los que te preguntas quién eres. Ese instante en el que tu corazón golpetea como rápida respuesta ante aquella perfecta sinfonía que el tiempo detiene. Un pequeño y escurridizo segundo en el que todo lo que alguna vez creíste imposible, sucede.

Y nada se detiene.

El tiempo corrió veloz pero burlón frente a tus ojos, intentando desaparecer cualquier precioso momento que ocurre frente a ti. Así cómo viste tu corta historia en tres simples pasos:

Son los sueños los que te impiden ver tu destino, obligándote a escapar de la realidad mediante deseos banales que, probablemente, jamás sucederán.

Pero entonces, cuando pierdes aquello que tanto amaste, te das cuenta de un pequeño pero fundamental detalle. Aunque ahora es tarde y tú, mortal, estás de pie frente a la muerte mientras la vida pasa veloz frente a tus ojos. Y aquel tesoro que jamás supiste cuidar por haber perdido segundos únicos quejándote de lo poco que la vida te dio, desaparece frente a ti como polvo en el aire.

El tiempo es ahora aquello que quizá nunca te falto pero ahora ya no existe. Aquello que el dinero nunca compra pero el amor tampoco. Aquello por lo que alguna vez te burlaste.

"Tengo todo el tiempo del mundo", decías entre risas, sin pararte a pensar por un efímero instante en si había algo de certeza en esas seis palabras.

Así que ahora estás aquí, intranquilo por algo que no conoces pero sientes. Porque, sin saberlo conscientemente, esperas a que alguien venga por ti para rescatarte de aquel lugar oscuro en el que ahora habitas.

Aunque algo que aún no sabes es que, quizá, solo estás dormido. Y es que tu alma está tan contaminada de prejuicios ajenos y de la inmundicia del mundo que ya nada dentro de ti te hace sentir vivo. Incluso temes que, por siempre, lo único oscuro que veas sean tus pensamientos.

Y eso es todo, otro momento por siempre eterno. Porque estás tan vacío de vida que el tiempo ya no correrá más frente a ti. Te sientes inmortal porque ya no sientes dolor... y desgraciado porque no se puede morir dos veces.

Pero recuerda, siempre puedes reescribir tu historia.

TRomaldo