Ojalá pudiese sentir con libertad,
bailar, brillar, cantar, besar y querer siendo solo suyo,
sin miedo al caos o al fracaso.
Ojalá, porque de ser así lo invitaría a bailar
cada domingo, a tomarse un vino el lunes a las
6 cuando despierte en tu playa favorita de la
que alguna vez me hablo, lo invitaría a besar un sin
fin de chicas y luego ir a rezar mil Ave Marías
mientras piense en cómo hacerme el amor.
Eso lo dejo entre mis sueños, porque solo allí puedo verlo.
Nos vemos en algún mundo paralelo con el destino
correcto para coincidir de nuevo.
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Editado: 15.06.2021