—Damian, por más que la mires, te juro que no le va a crecer un pene a Naara… me parece que ya es más suficiente los cuatro meses que pasaron para que aceptes que es una nena…—
—Es que no entendes nada…— me dice tapándose la cara.
— ¿Qué es lo que no entiendo? —
— ¿Sabes lo que es para mí, pensar que dentro de unos años los chicos le van a querer hacer cosas a mi nena? —
Lo miro y riéndole le contesto:
—No le van a querer hacer nada que vos no le hayas querido hacer a la nena de algún padre…—
— ¡Vos no tenés perdón de Dios! ¿Cómo podes decir eso tan relajadamente? Ahora no me voy a poder sacar esa imagen de la cabeza…— me dice poniéndose de pie enojadísimo.
— ¿De qué imagen me estás hablando? ¿Estás loco? —
—Ya me hiciste pensar en algo que hasta ahora no había pensado… No quiero que los chicos piensen en hacerle a mi nena lo que yo pensaba en hacerles a las chicas…—
—Dam… esto es así. Y lo bueno que tenés muchos años para hacerte de la idea que un día se va a quedar a dormir el novio con ella… Lo que sí, vamos a tener que hacerle la habitación lejos de la nuestra, así no escuchas nada… ojos que no ven… o mejor dicho oídos que no escuchan…—
Veo como los colores abandonan la cara de Damian. Y sin decir nada, me mira con odio y se va. Sé que en este momento me debe estar puteando, pero no puedo creer que sea tan tarado…
Naara comienza a llorar. Bueno, se va otro round…