Epílogo

… 5 años después

Eva estaba en la cocina, dando los últimos toques a la comida, era fin de semana y habían invitado a sus papás y a sus suegros, también a Marisol, con quien conservaba una muy buena amistad y que, además, era la madrina de su pequeña hija Camila. Hacía tiempo que habían perdido contacto con Adán, aunque, de vez en cuando, lo recordaba con cariño.

Fernando entró a la cocina llevando en brazos a su princesa.

— ¡Mami! ¡Mi papá no quiere que me ponga mis alas! — Dijo la niña haciendo un puchero.

Tenía unas alas de mariposa que eran parte de un disfraz utilizado en un festival en el kínder, y Camila las adoraba. Quería usarlas todo el tiempo.

— Te van a estorbar a la hora de que lleguen tus abuelos y tu madrina y te quieran abrazar y besar. — Dijo Fernando.

— ¿Qué tal si dejamos descansar esas alitas hasta que se vayan las visitas? — Dijo Eva acercándose a besar a ambos.

— Buenooo. — Dijo la niña aun queriendo sollozar.

Fernando la sentó en su silla alta y empezó a poner platos en la mesa.

— ¿Marisol te confirmó si venía? — Le preguntó a su esposa.

— De hecho, me llamó para preguntarme si podía traer a alguien. — Dijo Eva frunciendo el ceño.

— ¿En serio? — Fernando se giró para mirarla asombrado —¿La comadre anda noviando? ¡Hace siglos que no sale con nadie! Después de lo que le pasó… ¡Me alegra que por fín esté intentando rehacer su vida!

— No sé si sea su novio, no me ha querido contar nada de nada.

— Bueno, ya nos enteraremos. — Dijo Fernando acercándose a ella y dándole otro beso.

Llamaron a la puerta y fueron a abrir juntos llevando a la niña. Encontraron ante sí a una sonriente Marisol quien los saludó besando a cada uno en la mejilla y luego tomando en brazos a la pequeña.

— ¡Mi ahijada favorita! — Dijo besando varias veces sus mejillas.

— ¡Hey fantasmita! ¿No ibas a venir acompañada? — preguntó Fernando.

— Vengo acompañada. — Contesto ella con una sonrisa pícara.

— ¿Y dónde está tu invitado? — Preguntó Eva intrigada, mirando hacia afuera sin ver a nadie.

De pronto, alguien que se había estado ocultando se asomó y dijo

— Hola madre de mis hijos.

— ¡Adán! — Gritó Eva corriendo a abrazar al recién llegado. —¡Qué maravillosa sorpresaaa!

Él sonrió devolviéndole el abrazo y luego se acercó a Fernando a saludarlo.

— Hola doctor.

Luego se acercó a Marisol y besó a la pequeña Camila

— Hola princesa.

— ¿Tú quién eres? — Preguntó la niña.

— Es tu tío Adán. — Dijo Eva sonriendo. — Es un amigo muy querido de mamá y papá.

— De mamá. — Dijo Fernando encogiéndose de hombros. —A mí nada más me cae bien.

Todos rieron.

— ¿Y ese milagro? — Le preguntó Eva al recién llegado —¡Tenía tantos años sin saber de ti! ¿Cuándo regresaste?

—Pues, regresé hace unos meses; Marisol y yo nos encontramos por casualidad no hace mucho y… — Se giró a mirar a la aludida con una sonrisa pícara en los labios.

— Y, después de tantos años, y de todo lo que pasó, decidimos retomar las cosas a ver si ahora sí funcionan. — Completó ella devolviéndole la sonrisa.

— ¡Oh por Dios qué gusto! — Eva corrió a abrazar a su amiga.

Más tarde, cuando ya estaban todos presentes y disfrutaban la comida, Eva dijo:

— Familia, tengo algo qué decirles.

Los demás giraron a verla intrigados, incluso Fernando. Ella los miró a todos sonriendo y cuando estuvo segura de tener toda la atención dijo:

— Estoy embarazada.

Fernando se levantó de un salto tirando la silla en la que había estado sentado y corrió hacia su esposa, la tomó en brazos y subió corriendo las escaleras hacia su recámara mientras los demás se quedaban asombrados y a las risas.

— ¡Otro bebé! — Exclamó mientras la depositaba sobra la cama y se acostaba junto a ella abrazándola — ¡Vamos a tener otro bebé!

Y  la empezó a besar.

— Fer tenemos visitas. — Murmuró ella entre beso y beso

— Que se esperen. — Dijo él. — Mi esposa me acaba de decir que otra vez voy a ser papá.   

Eva se rio.

—Te amo Evi. — Dijo besándola de nuevo —¡Dios cuánto te amo!

FIN