Extra
17 de Marzo de 1725
Xavier White
Querido padre
Te dejo esta carta porque voy a estar ocupado el día de hoy, se que me pediste que me quedara el día de hoy porque querías dejar mal a La General Noah en su celebración de cumpleaños pero yo estoy cansado. No puedo seguir soportando que me humille solo para recordar su lugar, no puedo seguir soportando que mi hermano menor a mi por cuatro años me tenga llamándolo con respeto y reverenciándome. No lo aguanto y he decidido sacar el problema de raíz.
Decidí rebajarme y pedir ayuda a un narcotraficante llamado Geneanet, llegue a un acuerdo con él y va a dejar una parte de la bodega que tiene aquí en L.A vacía mientras que el pabellón investiga. Una vez hayan mordido el anzuelo y estén buscando en un callejón vació y apuñalaré a esa perra. Ya tuvo mucho tiempo regocijándose en un puesto que no merece con un poder que consiguio gracias mi abuelo.
No te preocupes, tengo todo bajo control: hay una salida secreta cerca y es donde saldré para que nadie pueda encontrarme, una vez afuera tengo kilómetros de bosque para esconderme. Eso hará más difícil la búsqueda. Quemaré todas la pruebas que me involucren como las cartas con Geneanet, la ropa, enterraré la espada con la que la voy a apuñalar, todo.
Volveré a La Academia a tiempo para parecer que estuve dentro de la misma mientras ocurrió el asesinato y ahí será donde vas a actuar tú: serás mi testigo junto a mamá y Roxana, deberán cubrir mi coartada y no duden de mi.
Una vez Noah esté fuera del camino tendremos que derrocar a Nicholas. Se que mamá sigue dolida porque logré que asesinaran a Ryker pero fue totalmente culpa de él. Se lo buscó y yo solo lo hice pagar las consecuencias. Obviamente a Nicholas le espera el mismo destino: acompañar a su madre en el infierno.
El que tiene más suerte es Enrique y lo dejo solo porque es hijo de mi tío Santiago aunque también hay que resolver el problema con él. Fue un traidor y yo espero que lo recuerdes. Una vez Nicholas esté fuera del camino: yo tomaré el poder. Tú ya tienes más de 50 años padre pero siempre aceptaré tus consejos. Al final del día es por ti que etsoy aquí, nadie hizo tanto esfuerzo como tú. Espero me ayudes a que La Familia White vuelva al lugar que nunca debió dejar y menos por una mujer como Noah García.
Atentamente, Darían White.
- Vaya que he criado a un niño ejemplar ¿No lo crees, cariño?- dije contento mientras leía la carta que mi hijo me había dejado- Sinceramente iba a enojarme contigo por leer la carta que claramente Daría dejo a su padre pero este niño me tiene tan feliz que pienso perdonarte esta vez- Sabrine se levantó y la miré.
Creo que es la primera vez en toda mi vida que la veo enojada.
- ¿Ejemplar? ¿Te parece que eso es criar a un hijo ejemplar?- levanté la ceja, mostrando claramente que no entendía la razón de su enojo- No Xavier: hemos criado a un monstruo- Ahora soy yo quien se elevanta con furia.
- Sabrine, ninguna madre en su santo juicio hablaría así de su hijo ¿Cómo te atreves?- le dije y ella se puso aún más furiosa.
- Me atrevo a hablar así porque yo fui quien le dio la vida, yo tengo el derecho a llamarlo como quiera.
- ¡Tu hijo al que llamas monstruo va a volverte a poner como una de las personas más poderosas del mundo! ¡Un puesto al que nunca llegaste por culpa de esa arpía!- le reocrdé
- ¡Esa que llamas arpía nos dió a ti y al hijo que llamo mosntruo un techo cuando pudo echarnos a la calle como perros! Le debemos mucho Xavier, tú eres el único que no lo ve- me alza la voz como nunca lo había hecho y no tuve más remedio que abofetearla.
- ¡¡No te atrevas a levantarme la voz nunca más en tu vida!!- no dijo nada y la volví a abofetear- ¡Recuerda tu maldito lugar Sabrine, yo soy tu esposo: yo tengo el control de tu vida, lo tengo todo!
- Si hablamos de respetar lugar, tú también deberias recordar que Noah está en un lugar mayor al tuyo- siseo con descaro.
Estaba a punto de golpearla otra vez cuando alguien me detiene, me regreso a ver a Darín con cara de cansancio y con ira me empuja al otro lado.
- Padre, sabes bien que te agradezco por todo lo que has hecho por mi pero tampoco voy a permitir que te sobrepases con mi madre- lo miré con furia.
- ¡Tu madre está siendo una altanera conmigo! Leyó la carta que me dejaste a mi y para el colmo te llamó monstruo- le dije y Sabrine no dijo nada. Darían la miró de reojo, suspiró y volvió la vista a mi.
- Si eso pasa yo me encargaré de reprenderla, no tú- me dijo Darían.
- Te equivocas Darían, yo soy su esposo y yo tengo el poder de hacer con ella lo que quiera- me dió una mirada fulminante.
- Yo me he hecho cargo de mi madre desde los cinco años, eso no va a cambiar nada por lo que ahora te toca aceptarlo sin decir más palabras- dice y Sabrine nuevamente se ve enojada.
- Darían, quiero hablar contigo a solas- dice Sabrine y Darían me da la espalda.
- ¿Leíste la carta?- pregunta con tranquilidad.
- Si y necesito hablar de eso- Darían niega con la cabeza.
- Madre, madre, madre. No deberías meterte en asuntos que no son de tu incumbencia.
- ¿No son de mi incumbencia? ¡Esa mujer era mi única amiga y tú la ma-!- antes de que Sabrine pudiera terminar, Darían le pone la mano en la boca para callarla.
- No grites- le dice y suspira- Vamos- saca a su madre para hablar con ella pero antes lo llamo.
- ¡Darían!- él regresa a verme- Estoy orgulloso de ti- él asiente y deja la puerta medio abierta, justo en ese momento Roxana entra, me mira y me regala una reverencia.
- Padre, ¿Por qué Darían llevaba a mi madre con tanta prisa?- pregunta y le acaricio el cabello.
- Hija, debes aprender a cuando preguntar y cuando quedarte callada-le digo y ella fruncé el ceño.