Parte VIII

Mientras seguían por el camino en que tuvieron que toparse con un grupo de Cariontes para llegar al atajo hacia la torre, tuvieron que ir nuevamente por una catacumba que no estaba tan abajo del todo, desde el techo estaba hecho de cemento en que están hechas las calles, incluso se podían escuchar las pisadas de los Caruontrs de allí arriba, dando mas que nervios con esas pisadas. Algunas de ella a se suenan más fuertes y algunas casi atraviesan el cemento, supongo de desde aquí pudieorn desplazarse hacia otras zonas para traspasar hacia sus presas sin ningun problema con los ejércitos, pero no se imaginaba Emely que había más de un Acorazado allí arriba, las pisadas se volvían aun más fuertes con cada paso que daban, por suerte en este sendero fue completamente invisible la esencia de carne fresca, de seguro les esperaba una pequeña sorpresa cuando llegarán a la primera prueba.

Pero en otros cosas que debían estar preparados, era la persona que andaba con ellos. En la forma en que derrotó al Acorazado, fue lo que nunca se vio, superó los límites que tiene su poder también sencillo, ni siquiera era la perosna que era hace unos momentos, por unos segundos el poder que se transmitió hace mucho esta cobrando aun más poder su se sobresaltaba me cualquier momento, se libera cuando usa la forma oscura que tienen ellos, pero en el de vela una aura tan perversa y salvaje que costaba creer que era un Ira normal. Leo ni siquiera lo recuerda cuando lo hizo, aún seguia en shock al ver al Caruonte al frente de sus ojos todo muerto y decapitado, haciendo creer que era él que había acabado con el de un sólo golpe, apenas podia dejar de temblar por lo antes. Su mano estaba temblando cuando acabaron con el Acorazado, suponía que fue con esa que pudo matarlo, pero no lo recordaba el como, su mente quedo hacia después de eso y sólo veía por unos segundo una visión de alguien pidiendo ayuda y después aparecieron voces que se les fueron encima como cuervos...

El cielo estaba rojo, y todo su alrededor estaba envuelto en llamas tan grandes que allí sólo veía gente quemandose, multitudes y multitudes de personas que estaban sucumbiendo en las llamas como simples hojas, y cada vez hacían que el fuego era mayor. Intento transpasar en ellas, lo cual le resultó fácil caminar entre ellas, no quemaban tanto y eso era extraño, pero le costó en ese instante ver lo que estaba pisando, partes de carne destripadas en todas y cada una en donde hacia el fuego, y no eran de gente humana, era su sala de que estaba agonizante y quemandose con ese fuego agresivo, toda el piso estaba hecha de cadáveres y litros, y litros de sangre que componían una satisfacción de repulsión, pero algo que nunca había sentido: "hermosura".

Su cabeza estaba contemplando lo maravilloso que era el paisaje desde el punto en que estaba parado, gente desbordando en la agonía y el dolor se convertía en placer caliente, no dejaba de sentirlo y hasta se golpeó casi a veces para que ese sentimiento lo dejará en paz. Pero sus emoviones también se estaban volviendo locas por lo que veían, además de darae cuenta que arriba de su cabeza, el cielo no estaba rojo, no hubo cielo rojo si no otros cuerpo estaba enterrados en pocos y de la sangre que caía estaba generando una lluvia cálida y plácida, se sentía bien en su cuerpo y por unos momentos perdió la cabeza y vio lo que estaba formando en ese charco de sangre que estaba debajo de sus pies, se reflejó su rostro pero de pronto, se formó una sonrisa de él que cada segundo se volvía más grande, con unos ojos que mostraba el infierno personificado. Al instante volvió en si y lo había asustado lo que le estaba pasando, y repente de que pudiera alejarse de ese espejismo, ese charco estaba saliendo una persona diferente a lo que le estaba formando, un sujeto que llevaba un chaleco rojo casi igualito a él, pero de unaversion el que ya no se puede considerar un símbolo. Se había exaltado de ver esa misma cara otra vez, el sujeto que por poco había muerto, pero si cuerpo de desfromaba como una sombra, su cuerpo no se completó del todo y sufrió algo más, su sonrisa se hizo aun más grande y su altura cambio drásticamente, sus brazos mutaban dando una extremidad aun más tenebrosa. En ese entonces no era lo que tenía en la cabeza, se transformó en un monstruo enorme, una forma de caos que nunca había visto, superaba un poco el tamaño de un Acorazado y sus ojos rojos que se habai formado en el reflejo, se volvieron de color gris oscuro pero dando un entorno vacío en su mirada, y ese vacío se llenó de una oscuridad de cualquier símbolo que había visto...

Dark Hyde: no hay salida. Todos terminarán acabando en la oscuridad, agonizando para siempre. Gusto verte de nuevo, pero supongo que todas las cosas que salvaste fueron en vano, nadie puede ignorar lo que es. Yo estoy conforme de lo que soy, igual que tu debes saberlo más que nadie, ¿no es así?

Leo: ¿ah que te refieres?

Dark Hyde: se notó en tus ojos. Supuse que tu cabeza quedó maravillado con tanta hermosura, es un placer intenso cuando apagas una vela con muchas formas que lo muy seguro son creativas, bastantes interesantes para que nuestros enemigos sufran en millones.

Leo: no soy como tu, ni nunca pasará.

Dark Hyde: lamentable paso, tu jugada fue explícita, tanto que me hizo pensar en la gravedad de tu alma como se sintió acabar con muchas cosas, el Carionte tiene sentimientos también.

Leo: sal de mi cabeza, ¡sal!

Se estaba volviendo loco con todas la imágenes que los charcos de sangre formabana a cada segundo, miles y miles de como matar a alguien, incluso los que más le importaba, dando una miedo que incluso no puede soportar verlos. Él no tenía ningún aprecio con nadie, su familia la mató sin pensarlo, sin mencionar ha guante gente mató en esta cruzada tan sangrienta, su sed era como pozo sin fondo, no había con que poderlo llenar. Su alma corrupta era natural para él, no siquiera quieres saber como fue su nacimiento que obtuvo tanta crueldad y perversidad ante todos, su personalidad era horrenda ni más ni menos.