43 años atrás...
En uno de los dias de donde festivaba más de cada época del año, donde se reunian todos en familia para aprovechar de ver por las ventanas de sus casas, la nieve al caer del cielo y forma sendero llenos de nieve, justo donde estaban viviendo los Hernández, en su patio trasero donde estaba más repleto de nieve. Estaba una pequeña niña que estaba con varios chalecos encima para poder disfrutar sin que le afectara el frio, una dulce niña que jugaba corriendo y reuniendo la nieve para hacer un muñeco de nieve, mientras que lo hacia con toda la nieve que reunia y con haciendo la parte de su torso. Una figura transparente atraveso la cerca que estaba alrededor del patio, pensando que la puerta estaba un poco atorada, pudo abrirse hacia el otro lado para buscar a esa niña que habia visto, pero verla le costaba demasiado incluso para moverse libremente. Cuando cayo de cara en la nieve, se levando de nuevo y vio que del otro lado de la puerta, permanecia una gran casa y con la misma niña que habia visto pero más claramente, se levanto de a poco del suelo y no se sentia el frio ni la nieve en su cuerpo, solamente lo trasnoasaba como si fuera un fantasma preguntandose sobre la situacion en que estaba su cuerpo, pero sus palabras ni mente estaban blanco.
Leo: ¿Por qué me siento tan raro? ¿Donde estoy?
Mientras que su mente trabajaba lo más rapido que pudiera para entender todo esto, se dio cuenta que la niña estaba cerca en donde estaba él, a pocos centimetros en donde esta haciendo su muñeco. Se acerco sin que se asustara o que se diera cuenta que estaba detras suyo, mientras que se acercaba poco a poco para poderle ver su rostro, se dio la vuelta de repente y justamente lo vio en su forma astral. No podia hacer nada que solo quedarse y ver lo que hacía, al levantarse del suelo y dirigirse en donde se situaba, al verla que estaba viendolo curiosamente, solo se agacho y tomo una pequeña piedra que estaba al lado suyo de su pie, pensó que la habia visto pero con suerte ella no lo puede ver, aunque por poco pensó por uno segundos que estaba al frente suyo y pues iba a gritar por ver un especie de fantasma, creo que no lo había pensado muy bien.
Leo: (suspiro)... Por poco me da un infarto. ¿Quién sera esta niña?
Mientras que ella terminaba su muñevo colocando las piedras que habia recogido para los ojos, se fue directo a la casa hiendo corriendo. No sabía porque se iba de inmediato adentro, no pudo verlo ni sentirlo cuando toco su pie para recoger la piedra, hasta que noto que el viento estaba siendo muy fuerte cada vez, se dio la vuelta y supo el porque.
Leo: vaya tormenta que viene, mejor ir con ella.
Al darse cuenta de que se acercaba una tormenta por el Oeste, se dirigio a la casa donde podia estar bien. Sin pensar lo que había dentro de la casa, transpaso la puerta sin ningun problema y vio que todo el lugar estaba bien decorado, con todos los adornos navideños que podian tener, incluso un arbol justo al lado de una chimenea, nunca se imagino ni penso que eran de estas formas las fiestas navideñas, desde que nacio no habia nada de ello.
Leo: que bonito lugar, me hubiera gustado que fuera...
Cuando seguia viendo la complejidad de la casa en todo su resplandor. Se encontro de nuevo a la niña pero menos arropada que antes, llevaba una sudadera y estaba sentada cerca de la chimenea, caletandose con su calor mientras que esperaba a los demas, y cuando se dio cuenta que venia otra eprosna por detras. Al momento que lo transpaso y fue directo hacai ella, la tomo desde los brazo y la empezo hacer cosquillas en todas partes, dandole una sorpresa y haciendole lo que siempre la haciare retorserce de risa, era una chica que parecía ser su amiga suya, aunque tampoco savia quien era, ninguna de las dos la reconocia, pero en su mente decia lo contrario golpeandolo con un martillo cada vez que lo intentaba.
Leo: me esta dando una jaqueca, porque...
¿? : pensaba que no ibas a venir, Iris.
Iris: pues como te lo digo, me tome el día libre para pasarla bien con ustedes.
Leo: ¿Iris?
Iris: y dime, ¿Qué estuviste haciendo todo el día, Eva?
Eva: pues solo jugar con la nieve y hacer mis muñequitos.
Leo: ¿Eva? No puede ser...
Cuando escucho sus nombres, su cabeza por poco explota de lo que su alma le estaba transmitiendo, porque su propio ser las reconocio de inmediato y sin darse cuenta que es lo que era esta sensanción tan extenuante, ni siquiera podia entender lo que en verdad pasaba por aqui. Su cabeza lo estaba sufriendo en grande solamente saber quienes eran, despues de que el dolor parara por unos momentos, vio por sus ojos recuerdos de ella dos al verlas en fragmentos del pasado, sin que pudieran detenerse y solamente siguieran fluyendo en sus memorias.
Leo: ¡AHHHH! ¡Que se detenga todo esto!
Iris: espero que hayas hecho muchos de tus muñecos.
Eva: bueno... Se acercaba una tormenta y pues no tuve mucho tiempo afuera.
Iris:... Pues entonces para mañana. Y esta vez te acompañare, sera divertido.
Eva: ¡Qué bien! (jijiji)
Leo: ¡¿Por qué mi alma agoniza con esto?!
Cuando el dolor no le dejaba tranquilo y solamente crecía aun más con cada segundo. Se fue directo al suelo intentando cotrolar sus recuerdos y pdoer seguir adelante, pero tanto que su cristal le transmitia hacia su cerebro, es como recibir una inmesa información de los hechos, incluso toda la vida de ellas en un solo vistazo.
Leo: ¡Paren de una vez!
¿? : ¿¡Miren quien llego?!
Leo: (¿Cómo?)
Desde la puerta principal en donde llegaban los invitados, llego una persona quien a Leo le costo creer que fuera eso cierto, incluso un poco más alto y una enorme diferencia, le impacto bastante en su cabeza que fue un reflejo del pasado de aquel monstruo que por poco lo mata.
Eva: ¡Hyde!
Iris: ¿Hyde? No me digas que así te llamas.
Hyde: más o menos.
Eva: siempre en algunas epocas del año, quieren que lo llamen de ese nombre. Aunque todos le llaman Leo, yo le digo algunas veces Hyde.
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Editado: 16.12.2020