Toco las estrellas por ti.

capitulo 3

Si... A trabajar para papi Jack.

No te voy a mentir con la cagada esa de "no pegué un ojo en toda la noche". Porque venga ¿Quién en su sano juicio aguanta tanto el sueño en una cama de lo mas cómoda? Ni la abuela de la caperucita. Osea, estás echada, con las luces apagadas, bien calentita y ¿Me vas a decir que no se te va a cerrar un ojo? Aja, eso es de cliché, amiga. Claramente esto no es tres metros sobre el cielo, donde la tía parece tomar dos litros de café para pensar en H toda la noche. Esto es la vida real, donde roncas apenas tocas la almohada.

¿Piensas qué el tema de la reunión me desveló? Ni un pelo. Claro que dormí. No soy Robocott. Y desperté justo cuando Malia abría la puerta de mi habitación a chequear que me encontraba en casa. No le mencioné nada de lo de Hillary, eso seria como colocarle otro peso más a sus hombros. La pobre ya tenia mucho con tocar las pollas de los papis mafia. Desayunamos de lo mas tranquilas mientras conversábamos de cualquier cosa. Salí de casa un poco apurada porque llegaba tarde.

Y ya casi ni llegaba. Pero bueno, hay que hacer sacrificios para estudiar. Y con sacrificios me refiero a irte parada en el autobús, a estar apachurrada como sardina y a respirar el olor de sudores intramegainsoportables.

En el colegio, Alissayna no tocó el tema en toda la mañana y yo tampoco chisté ni pío. Acordamos que esperaríamos a saber de qué se trataba, luego si pondríamos las cartas en el asunto.

Claro que la incógnita siempre estaba allí, ahorcandonos como corbata.

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¿Has visto la voz de color? ¿Si? ¿No? Ok. Imagínate a unas quince mujeres metidas en una pequeña habitación, sentadas cada una en una silla formando una "O", iluminadas sólo por la luz de la tarde y respirando el mismo aire. ¿Lo pillas? ¿Si? ¿No? Anda. Así estabamos nosotras, solo que el salón era amplio y espacioso. Osea, es Horthonmen, bebé.

Todas las chicas que veo aquí silban con sus cuerpos de pera "estoy buena". Se ve a leguas que no pinto pero ni en óleo. ¡Hasta Alissayna se amolda a este grupo! Que va Venus, nunca estuviste de mi parte.

Muevo el pie con impaciencia. Estar encerrada con estas mujeres no me cuadra. Pero que mas, el chantaje va primero.

Mientras que Hillary habla por el móvil con no se quien madres, las demás se dedican a contar chismes de la vida ajena. Y como no, Alissayna y yo no perdimos el tiempo y paramos esa oreja como dios manda. Apoyo el antebrazo en el respaldar de la silla y giro un poquitín a la izquierda, de modo que mi postura sea desinteresada y floja. Alissayna se acomoda de la misma forma pero del lado contrario. Jugueteo con un mechón de mi cabello mientras les echo un vistazo. De reojo, por supuesto. Tampoco soy tan estúpida.

Pensé que después de lo que sucedió hace un mes, ya no nos buscarían.

Por poco, y sentía el aire de la rosa de Guadalupe. Me vi tiesa, os juro.

Escuché que el hijo de Jack se unirá esta vez. Sólo por él, arriesgo de nuevo el pellejo.

Paralo ahí loca. Jack... Hijo... Esas palabras juntas significan peligro. Mejor dicho ¡Todo lo que tenga que ver con Jack Well significa el jodido peligro! Al parecer saben quien es él, pero ¿Sabrán lo que hace? ¿A qué se dedica? No creo. Están mas caídas de la mata que yo. Jack es un mafioso, y los tíos así ni por la monja se dejan ver o conocer.

Aunque no hay que subestimar nunca a una mujer, te lo digo.

Codeo a Alissayna para que me observe. Lo hace con cierto disimulo. Señalo a las chicas con los labios y me  llevo un dedo al oído, haciendole una seña de que escuche:

Nadie le ha visto, tonta... Bueno, nadie de nosotras.

Yo si le vi de puntada una vez, y está bueno. No, bueno no, buenisimo.

No os hagáis ilusiones. Ese chico parece tener una relación con Hillary.

¿Como lo sabes?

Les he visto varias veces. Hasta fotos se han tomado juntos.

Ya... Hillary y Jack son nuera y suegro... La madre... ¿Ella también estará implicada en la mafia? ¿También trabajará para Jack? Por la ostia, mirandome aquí lo único que me hace pensar es que Hillary tiene planes con nosotras, y estas chicas saben cuales.

Bonita la hora.

Alissayna me da un pellizco en la mano. Le miro ceñuda con ganas de arrancarle un ojo. Me ha dolido. Ella me señala a Hillary con la cabeza. Giro la vista a la chica, y sin querer —Bueno, si quería— oigo la conversación:

—. Si. Me lo ha ordenado Jack... No, cambié a las cinco que me has dicho —se detiene por un instante. Asiente a lo que la otra persona le contesta—. Bueno, tendrás que hablarlo con tu padre... No seas gilipollas... —suelta un bufido. Se acomoda de frente mirando al suelo. Esta chica tiene dinero y clase, se le ve por encimita—. Joder, son unas crías ¿No era eso lo que querían?... Si... —una sonrisa se asoma en sus labios. Por un momento echa un rápido vistazo a donde estamos, y juro que me ha mirado. La madre Teresa —. Oh, si. Es hermosa. Y te digo que ella es la que resalta en el grupo... Es un regalo por tu cumpleaños... — se encoge de hombros—. Por las pintas que tiene, deduzco que si... Vale, te veo luego.




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