Capítulo 8: Malas Intenciones

Narra Leonardo.

Miguel y yo nos encontrábamos en la fila para comprar nuestro desayuno y él como siempre tocó el tema de Dios.

-Por que me di cuenta de que cientificamente no existe dios y aparte fue creado en una época en que no se sabía sobre las bacteria o las enfermedades. Y le daban un significado religioso - Me lo dice contando su dinero para pagar

-A ver Miguel... sabes que de estos temas odio mucho hablar. Porque no soy católico, sin embargo, defiendo mis creencias y tú sólo te quieres lucir.

-¿Lucir? ¡Ja!. Tú no sabes cuánto dinero ganó la iglesia aprovechandose de la.ignoracia de mi México- Exclama.

-A ver Miguel... Si tanto dices que no existe Dios, entonces respóndeme ¿Por qué hay científicos que dudan la existencia de Dios, pero no la niegan?... ubicas el milagro de la vida- contesta Sandra

-¿Eres misionera Sandra?- le dice Miguel irreverente

-¿Eres Stephen Hawking Miguel?- Levanta su ceja en forma burlona

-A ver muchachos tranquilicense. Por favor. Si vamos a tener esta discusión, la llevaremos acabo con paz y... amor...- Me quedo sin palabras al ver que se aproxima Miranda. Sus ojos azules verdosos iluminan hasta el rincón más solitario. El aire que pasa por su cabello hace lucirla resplandente.

-Amor... El que siento ahora mismo.- Digo en un tono muy bajo para que nadie de los dos pueda oírme.

Al ver mi cara de fascinado, Sandra voltea a ver a la misma dirección que yo, mientras Miguel me voltea a ver, frunsando el seño con extrañeza.

-¡Tierra llamando a Leonardo!- Sandra mueve su mano enfrente de mi cara para que reaccionara y vaya que funcionó. -¿Te sientes bien?- me pregunta.

-Emmm... claro... pero... pero... ¡Miren que larga está la fila!. Hay que ser buenos con las personas.- Alzo mis brazos para captar la atención de Miranda.

-¡MIRANDA, MIRANDA!- Grito desesperadamente, Carolina me voltea a ver y es cuando me señala para que Miranda viera que le estoy hablando.

Empiezan a cuchichear, Miranda la voltea a ver con extrañeza e inmediatamente Carolina tira de su brazo para correr hacía nosotros.

Llegan a donde estábamos y siento nervios recorrer todo mi cuerpo. Lo único que se me ocurre fue:- ¿Quieren... entrar a... la fila?. Se tardarán demasiado si se forman.

-¡Ay muchas gracias!. No te hubieras molestado.- Me dice Carolina con un tono muy tierno.

-¿Qué haces?- Miguel me voltea para que no escucharán.

-Sólo lo necesario, ¿vale?- Contesto golpeado.

*En la tarde*

Narra Miguel.

Fuimos a jugar al parque cerca de la casa de Lercho. Por mi parte ya me había cansado y sólo era el medio tiempo. Me senté en la banca más próxima y noté raro a Leonardo , se veía muy distraído... ¡Pero claro!. Su distracción PORSUPUESTO que es Miranda.

Siendo su mejor amigo de él. Sé que se está enamorando muy cabron. Pero maldita sea... ¡¿qué le puede ver a esa cualquiera?!. ¿Qué no ve que por durante 3 años le estuvo rogando?.
Eso habla mal de una mujer, y de una persona pues termina por completo con su dignidad.

Sé que está bonita pero se ha hablado muy mal de ella. ¿Qué no se acuerda cuando lo acosaba?.
Necesito entrar en acción para que se dé cuenta, pero... sé que él es muy persistente así que tendré que usar medidas más drásticas.

Ahora seré yo la que la ilusione. Que llegué hasta el máximo punto de tocar las estrellas y de repente bajarla hasta el subsuelo.

*1 semana Después *

Narra Miranda.

Por fin era Viernes, estaba desayunando en la cafetería con Gabriela Sinai y Diana. Cuando de repente entra Carolina despavorida y empezando a gritar como si no hubiera un mañana.

-¡Miranda!, ¡Miranda!. ¿Qué está pasando?-

-Emmm. ¿De qué hablas?- Pregunto soltando mi sandwich

-Tienes que venir conmigo. - Me tona del brazo y nos valos con dirección a las canchas

Llegamos y toda la banda de Leonardo está en bolita gritando mi nombre y más frases que a lo lejos no se entendían.

-¡Miranda ya está aquí!- Grita Manuel

Daniel corre hacía mi y me toma del brazo para llevarme en medio de todos ellos.

En ese pequeño trancurso, a lo lejos veo a Leonardo en las gradas contemplando la situación. Volteo nuevamente y ya estoy cara a cara con Miguel.

-¿Alguien me puede decir qué está pasando?- Esta desesperación me está matando

-¡No te hagas- Grita Juan -Sabemos que tú y el buen tronco tienen algo.

-¡No es cierto!. ¿Por qué dicen eso?- Creo que ya no me está gustando este jueguito

-Aceptalo. Hemos escuchado como lo adulas-. Termina de decir la frase Daniel cuando inmediatamente me llega un recuerdo.

*FLASHBACK*

-Esto no me puede estar pasando...- Le digo a Denisse llegando a la fila para comprar dulces

-¿Qué pasó?- Angustiada

-Lo que pasa... es que Leonardo le enseñó a todos sus amigos nuestra conversación de cómo me cortó- empiezo a estar entre molesta y triste

-¡Qué pasa Miranda!, te veo muy preocupada desde que te fuiste de las canchas- Llega Carolina para abrazarme.

-Caro... es que corté con Leonardo y les enseñó nuestra conversación. Y sé que me harán burla- contesto con un tono de decepción

-¿Sabes qué?...- Carolina me toma de la muñeca y tira de mí. Nos vamos hasta dónde está Miguel.- Lo que vamos hacer es esto: Enamorar a Miguel y después dejarlo ilusionado.
Con mi amiga nadie se mete, y a ver que se siente- Murmura

-¡Hola!- Saluda a Miguel gritando.

-Emmm ¿hola?...- Nos voltea a ver con extrañeza

-Mira... seré directa. Mi amiga dice que estás guapo y que la verdad ya no te fresees

-¿okay?...- Se empieza a poner nervioso y sus cachetes lo delatan

Aprovecho para seguirle la corriente a Carolina y hago esto mas intenso.