Capítulo 6: Mafia Rusa

Narra Harry

Despierto bañado el sudor, respiró hondo y miro el reloj, 3:25 a.m. la misma pesadilla y siento que pasara en la vida real, Esmeralda me odiará por ser quien soy y no podré evitarlo, ya no habrá segundas oportunidades, y como siempre no fui capaz de decirle la verdad, ahora ella está secuestrada, y sé que en parte en mi culpa, Eric era mi blanco desde hace mucho tiempo, debía acabar con él, y ese era mi plan. Pero Esmeralda volvió a cruzarse en mi camino.

Me levanto y camino hacía el baño, tomaría una ducha fría, me ayudará a aclarar mis pensamientos.

Sé que Eric sabe que fui yo quien hice añicos su túnel, y ahora vendrá por mí, pero estoy más que preparado, haré que se arrodillen ante mí y llore, que suplique perdón y que me diga donde está Esmeralda, después me alejaré de esta mundo y me iré con ella, a comenzar una nueva vida, sólo espero que mi amada aguante hasta que yo acabe con ese hijo de puta.

Cuando conocí a Esmeralda estaba en malos pasos, vendía droga y hacía trabajos sucios, nadie se enteró de eso, hasta que llegó el momento en que Esmeralda me vio recibiendo una gran cantidad de mercancía en mi hogar, nunca me perdonaré por no haberle dicho la verdad, a lo mejor ella no habría sufrido tanto gracias a mí, y ese accidente no fuera sucedido.

Puedo decir que la vida me dio una segunda oportunidad al regresar y darme cuenta que Esmeralda aun no recordaba nada, ni siquiera mi nombre, ni mi rostro, y volví a conquistarla, cometiendo como siempre el mismo error, pero ahora es peor, soy un puto mafioso el mejor de todos, el que se ha ganado su puesto por haber matado gente, y ella aun no lo sabe, piensa que soy el típico doctor que ha triunfado en la vida y gracias a un viejo amigo logró toda una buena cadena de farmacias, pero no, era el mafioso más grande y el que me ayudo a llegar tan alto, lastimosamente murió y yo ocupé su lugar.

- Necesito descansar – digo cuando salgo de la ducha dispuesto a seguir durmiendo.

Pero no sería así, mi teléfono comenzó a sonar, ver el número en pantalla hizo que en mi rostro se dibujara una sonrisa irónica.

De verdad que es un cabrón de mierda.

- Müller.

- Steel

- ¿Sabes qué hora es? – pregunté con cierta burla.

- La hora de tu perdición – reí ante sus palabras

- Eso no está declarado aun Eric.

- Yo creo que sí, veras, muy buena tu jugada con respecto a mi túnel, hiciste que matara a uno de mis mejores proveedores y compradores. Pero ese no es el caso, el punto importante es que la hermosa Esmeralda es quién pagará las consecuencias.

La sonrisa se esfumó de mi rostro, inmediatamente mi corazón comenzó a bombear sangre con rapidez, mis manos se formaron en puños, y quería matar a ese imbécil de una vez por todas.

- ¡Escúchame muy bien cabron, le tocas un pelo a Esmeralda y te vuelvo los jodidos sesos! – grité  eufórico.

- Hagamos un trato

- No haré ningún trato contigo.

- No has escuchado lo que quiero decirte

- No me interesa Müller

- Verás las consecuencias.

Dicho esto colgué.

No temía de Eric, pronto acabaría con él, sé cuál es su guarida, sólo dos noches y lo veré muerto.

Sé que no hará nada en contra de Esmeralda, el huevon la ama, pero no más que yo, y será el amor por ella quien me hará acabar con todo esto.

Son las 8 de la mañana y puedo decir que no he dormido nada, aunque la amenaza de Eric no me quita el sueño, saber que Esmeralda está en sus manos si, ¿me pregunto si ella pensará en mí? Sólo espero que no me odie, sé que he tardado mucho tiempo es sacarla de su lugar, pero debo hacer las cosas meticulosamente, debo planear todo perfectamente para que esto acabe. Lleva 6 días desaparecida, pero en dos días estará de nuevo en mis brazos.

- Tenemos todo listo – Draco se acerca a mí con un USB y lo tomo rápidamente.

Draco es mi mano derecha, ha estado conmigo desde el instituto, ciertamente es como un hermano para mí, dado que trabajábamos para la misma persona y es el único en quien puedo confiar en esta mafia.

- La reunión empezará en unas horas, toma, sabes lo que tienes que hacer – me lanza las llaves de mi nuevo coche y sonrió, amo darme ese tipo de lujos. – te cuidado – pide y asiento, salgó por la puerta trasera a pasos apresurados.