Sergio
"Somos seres maravillosamente hechos, pero monstruosamente maltratados"
S.J
Los días fueron revelando la recuperación de Constanza, pero todavía teníamos esos momentos de desconexión, trataba de estar el mayor tiempo posible cerca, pero tampoco quería saturarla con mi presencia, así que por lapsos pequeños me iba para la pizzería y trabajaba allá.
Converso constantemente con los médicos, para saber el estado real de Constanza, ya teníamos los resultados de patología, la masa que tenía al costado es benigna, esto confirma que ella nunca tuvo cáncer. Los abogados del hospital me dejan una misiva con las enfermeras donde me informan que estoy citado para una reunión, me imagino que la IPS ya respondió.
La habitación de Constanza está inundada de olor a Nardos, procuraba que siempre tuviera para que la sensación de tranquilidad estuviera ahí, además es su flor favorita; las enfermeras al verme llegar nos dejan a solas, al verme se sonríe
- Sergio ... ¿Por qué traes esa cara de pocos amigos? – frunzo el ceño y niego –
- En realidad, soy de pocos amigos, pero no pasa nada ... estoy pensando – se sorprende y me señala –
- Tengo disponible esta gelatina, que no sabe a nada en concreto ¿te la cambio por saber que estas pensando? – me carcajeo y agarro la silla y la acerco hasta su cama –
- Estoy seguro de que no me gustara; ¿te acuerdas de que te comenté de lo que me dijeron los abogados de aquí? – asienten –
- Sí, que iban a sentar un precedente con lo ocurrido conmigo y la negligencia medica
- Exacto ... en la tarde tengo una reunión con ellos – abre los ojos demás –
- Si es plata, acepta – toma la gelatina y se come una cucharada y arruga la cara –
- No sé, ya llamé a los abogados de la pizzería, para que me acompañe
- Tu veras, pero si es plata, acéptala – me carcajeo –
- Estas loca, Constanza ... te quería preguntar algo – capto su atención –
- Suéltala ...
- ¿Por qué no le avisas a tu familia? Creo que ya es tiempo – niega –
- No ...
- ¿A tus padres? ... - nuestras miradas conectan y suspira de forma audible –
- A ellos no, están muy lejos y no quiero que se desplacen de allá, el frio les haría mal y quiero decirles todo esto, yo ... verlos a la cara y contarle por todo lo que he pasado
- Esta bien
- A mis hermanos, no, prefiero mi tranquilidad mental – asiento –
Conversamos de sus hermanos, no es fácil para Constanza, pero lo hace porque necesita sacar todo, además hablamos de los oscuro de su pasado, en silencio la escucho, pero ya no llora, eso me agrada, estamos tomando el rumbo para mejorar. Al medio día le traen el almuerzo, por la cara que hace no le gusta, así que saco mi almuerzo que es exactamente igual al de ella
- ¡En serio! – se ríe de forma maliciosa - ¿Quién te cuida?
- Voy a empezar a comer mas saludable y nadie me cuida, yo me cuido solito – entre cierra los ojos –
- No lo necesitas y no sabes mentir – señala su comida – esto no sabe a nada y las porciones son para bebés, incluso los bebés comen más que yo
- Que dramática Constanza ... cambiemos – se le iluminan los ojos –
- Conste que no te lo he pedido – se sonríe –
No le digo nada más, termino con su almuerzo que en verdad no sabe muy bien; conversamos un poco y me retiro para que descanse y así poder ir a la reunión. En la sala de espera me encuentro con el abogado de la pizzería y Pablo que me trajo una pizza, ya que no podía con el hambre.
La reunión fue realmente corta, simplemente nos comunicaron la resolución de todo y el monto que debe pagar la IPS por lo ocurrido, el abogado lee los documentos que nos entregaron donde se especifica que no actuaras en contra de ellos de forma penal, firme como representante de Constanza.
La IPS asumió que soy el representante o que sé yo de Constanza, no me molesta la afirmación, pero me deja pensando, así que voy hasta el consultorio de la psicóloga, necesitaba conversar con ella, no sé como reaccionaria Constanza si le digo mis sentimientos y para poder decirle la doctora debe guiarme.
Después de conversar con la doctora no regreso a la habitación de Constanza, tomo rumbo hacia la otra sede de la pizzería y de ahí si para el apartamento; estuve ansioso el resto del día, pensé en cada palabra, la forma en que decirlas, para que ella no se alterara. La doctora me dio un gran consejo "de entrada ya llevas el NO en la mente, si te lo dice no ha pasado nada, pero si te dice que Sí ... ganaste"
Me desperté aun mas ansioso, fui hasta el supermercado más cercano, ya los doctores le habían liberado la dieta, podría comer cosas un poco más gustosas, entre ellas un poco de dulce, así que compre brevas con arequipe, la combinación es rica y a Constanza le gusta, después de ahí fui por las flores, sus habituales nardos.
Antes de entrar a su habitación, fui hasta el consultorio de la psicóloga y ella me indico que había pasado buena noche y hoy estaba mas tranquila de lo habitual; con esa buena nueva me encamino a la habitación, sentí eterno el trayecto desde el consultorio hasta la habitación de Constanza.
Me recibe con una gran sonrisa y esta peinándose, pongo los nardos donde estos días lo hemos puesto, que no es mas que un jarrón improvisado, voy hasta el baño y le cambio el agua y coloco los nuevas flores, al regresar está viéndome como extraño
- ¿Qué tal están las cosas? – me pregunta y me señala la silla –
- Bien... ganaste, ayer en la reunión, te dieron una buena indemnización – abre los ojos-
- Viste tenía razón ¿aceptaste? – asiento –
- Sí, pero debía firmar como tu representante, donde no puedes demandarlos ni nada parecido mas adelante
- ¿Eres mi representante? – me acomodo en la silla-