Una Copa de Vino

CAPÍTULO 9


Capítulo 9

Las horas luego de la visita al hospital se me hicieron eternas, el recorrido en el auto fue muy incómodo, ni la misma nana que siempre tiene que contar más de algo no hablo. Creo que ella supo en el instante que era lo que estaba ocurriendo cuando la vimos en la sala de espera, Kendal... Mi Kendal él estaba igual de agobiado o más que yo me atrevo a pensar.

Pero es que ¿Cómo es que uno debe de asimilar la idea de que el Amor de tu vida puede morir por cumplir lo que los dos querían? A veces me pongo a pensar que es lo que hubiera sucedido si Kendal se hubiera retractado el día que casamos en cuanto tuvo la oportunidad, cuando le di la oportunidad. En realidad ese era mi obsequio hacia él; el dejarle saber que era lo que en verdad ocurría conmigo... Siempre me preguntaba ¿Porqué no podía tomar o comer cualquier cosa? ¿Por qué no podía ir a un gimnasio y practicar deportes con él?

De alguna manera me hubiese gustado hacer más de alguna cosa atrevida con él, pero hasta cuando tenía un sueño relacionado con algo de emociones fuertes o algo extremo, me ponía mal, incluso viajar en avión me afectaba por eso mi madre se opuso cuando les dije que me venía para acá. Ella pasó más de un año enojada conmigo sin embargo nunca me dejo de hablar, al contrario siempre estuvo al pendiente de mí cada vez que podía me escribía y yo siempre le respondía, sabía que era la peor de las situaciones para ella pero este minúsculo problema no iba a evitar que yo hiciera lo que más quería, ahora estoy casada con el mejor hombre que Dios me pudo reservar, futura madre de 2 bellos y hermosos niños a los cuales amo desde el primer momento, sin duda alguna no estamos preparados para que ese momento llegue será crucial para mi familia, tengo que hablar muy tranquila con mi esposo, el luce tan desorbitado y desconcertado que no tengo idea de como voy a hablarle de cómo voy a plantear mis preguntas pero tengo que hacerlo esto no será justo para ninguno de los dos y mucho menos para mis niños, ellos han estado tan unidos a mí desde aquel sueño que sé perfectamente que no sería lo mejor el que yo me vaya para siempre con Altair.

Algo que recuerdo muy bien y creo que es importante es que la última vez que soñé con Altair me dijo que "ella y su amigo sabrían que todo estaría muy bien que no me preocupara que yo siempre podría cuidar de sus hermanos así como ella cuidaba de nosotros." Interpretarlo no es muy difícil, ella en ningún momento me dijo que yo la acompañaría así que tengo la esperanza y la fe puestas en que todo saldrá muy bien, confío plenamente en que ahora mis nuevos médicos de cabecera sabrán manejar la situación que se les presente en el quirófano, sé perfecto que el proceso que llevaremos este mes será muy cansado para mí.

Ahora bien, pensado en mis hijos y mi familia... A Kendal no lo he visto desde que llegamos del hospital, lo entiendo completamente pero no hay nada que me diera más fortaleza que el estar a su lado ahora que me siento tan aturdida y debatida por todo lo que puede suceder. Espero que esto sea lo peor que nos pueda pasar en serio ya que otro sufrimiento más en definitiva no lo soportaría y así ya no podría seguir.

Hace pocos días tuve la oportunidad de seguirlo un día por la madrugada; es una de las fugas que ha estado haciendo. De verdad que iba pensando en lo peor pero me tope con lo último que esperaba ver por parte de él.

"Peleas Callejeras"

Es una gran ventaja que el tenga práctica en eso; pero está vez que lo fui a ver si le pegaron y aunque delante de mí tenía al verdadero Kendal, al único que sé que no puedo dejar de querer porque desde que nos conocimos supe cada una de sus facetas.

Realmente lo apoyo pero esto de que sean "callejeras o clandestinas" a mi no me gusta nada; por lo menos antes cuando las practicaba lo hacía en un centro de boxeo –lo llamaré así porque no recuerdo con exactitud- lo dejo porque se había dislocado un hombro y por lo mismo dejó de practicarlo con frecuencia.

Pero peleas Callejeras es lo último que esperaba de él.

-¿Lissel?- hablando del rey de roma...

-Pasa- entra a la habitación.- ¿Qué sucede?- él se queda parado en el umbral de la puerta.

-quiero conversar contigo sobre todo esto.

-Yo también, pero antes debo de enseñarte algo.

Tomo mi celular y entra a la habitación, que será de los niños; cerrando la puerta y cuando llega a mi lado se acomoda.

-¿Qué hice ahora?- habla con cierta gracia.

-pues no lo sé; dímelo tú.- la sonrisa divertida que tenía en el rostro pasó a ser una línea. Poniendo rígida su mandíbula.- ¿por qué has estado saliendo durante todas las noches?

-¿todas las noches?- alza una ceja- yo no he ido a ninguna parte- pasa sus ojos de mi a sus manos... está mintiendo.

-Te seguí la última vez que saliste de una de las peleas- sus ojos se abrieron de par en par.- si, créeme. Lo hice.

-¿viste todo?- solo me sostenía la mirada.



#47462 en Novela romántica
#7680 en Chick lit
#13135 en Thriller
#7413 en Misterio

En el texto hay: amor correspondido, dolor, amor tristeza

Editado: 01.11.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.