A la mañana siguiente, Ann se había despertado al sentir que el cuerpo de Dan abandonaba la cama.
De manera floja comenzó a abrir los ojos y ver la ancha espalda desnuda del hombre.
— Dan. — Murmuró, su voz sonó ronca.
Él se volteo a verla, aun seguía desnudo.
— ¿Te desperté? — Preguntó, asustado por la respuesta.
La escritora asintió con la cabeza, mientras parpadeaba pesadamente, quería volver a dormirse. Pero algo dentro de ella le decía que no lo haga.
Estaba amaneciendo, los primeros rayos de sol comenzaban hacerse presente en la habitación, y daban justamente en el rostro de Ann.
El cantante busco su celular que estaba en el bolsillo de su pantalón, que había dejado tirado. Dan capturó el hermoso cuerpo de la escritora, se veía tan jovial y hermosa como la siempre la había visto. Había tomado aquella foto sin permiso en caso de que sea la ultima vez de que ambos pudieran estar juntos.
— ¿Por que no vuelves a la cama? — Volvió a preguntar Ann, se sentó y cubrió su desnudez con la sábanas blancas de la cama.
— Debería irme. — Su respuesta fue seca, como sí no quisiera hablar más. Ann lo conocía y sabia que de algo se trataba.
— ¿Por que? ¿Acaso no es tu habitación de hotel?
— Sí, es mi habitación de hotel, calma. — Tranquilizó Dan. — Pero debo volver a ciudad.
Estaba comenzando a subir sus pantalones, estaba dándole la espalda a Ann. No podía confrontarla con la verdad.
— Quedate aquí, conmigo. — Pidió Ann.
— Me encantaría pero me están esperando en casa.
Aquellas palabras rompieron el corazón de la escritora. ¿Dan estaba casado? ¿Estaba con alguien? Todo este tiempo pensó que estaba soltero, esperando como ella. Había un montón de pensamientos en su cabeza. Pensamientos que le hacían daño.
— Oh por Dios... — Susurro, fueron aquellas las únicas palabras que pudieron salir en ese momento de su boca, al mismo tiempo llevo una mano hacia allí. Sentía sus ojos cristalizarse.
Dan sabia que tenía irse de allí. — Lo siento. — Dijo en un tono de voz completamente bajo, esperando que Ann nunca escuche aquellas palabras.
Esta era la segunda y última vez que la dañaba, sí antes Ann estaba rasgada. A hora, estaba complemente rota.
Dan entendía que tal vez Ann era el amor de su vida y alma gemela al mismo tiempo pero, él no podía estar con ella. Nunca pensó que algo así existiría. Su momento se había esfumado; no podría dañar de esa forma su esposa e hijos. Sí bien fue un encuentro, el amor de ellos es inmenso pero algunas veces el amor no lo vence todo.
Él se fue y Ann se quedó, ahí, en la cama desnuda. Sintiéndose tonta y nostálgica por extrañar los momentos del pasado. A hora no sabia que hacer.
No pudo evitar llorar como tonta al oír la puerta cerrarse. Se abrazo así misma.
Pero era muy bueno para ser verdad, los sueños no se cumplen solo con quererlos.
Se acostó en la cama. Con la decisión de dormir y tratar de olvidar el horrible comienzo del día.
Coloco una almohada encima de su cabeza. Y cerró los ojos, quería empezar el día de nuevo, deseaba no haberse levantando.
¿A hora que haría? Dan no era el chico que solía conocer. A hora era otro muchacho, que totalmente desconocía.
Ya no quería recordar a cuando eran jóvenes.
Fin.
IG: 4llanz
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Editado: 22.04.2019