Amo de la perversión ¡Actualizada!
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Capítulo 3 La curiosidad mató al gato
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Fragmento:
―Vienen de esa manera por una sola razón, Rachel ―indica mientras comienza a ponérselas―, mostrar todo aquello que sea apetecible para los que están dispuestos a pagar mucho dinero solo para verlas.
Sus palabras son suficientes para evitar que vuelva abrir la boca. Dicen que en boca cerrada no entran moscas. Unos minutos después, se despide y se va a toda prisa dejándome sola en aquel lugar que aunque es hermoso y atrayente no deja de producirme mucha inquietud. Trato en lo posible de mantener mis nervios a rayas, curioseando mientras espero a que Rob venga por mí. Me siento frente al tocador y comienzo a deslizar los dedos sobre los diversos objetos que Vicky tiene para su uso personal. Tomo las brochas y las llevo hasta mi nariz para apreciar el olor que tiene su maquillaje, las vuelvo a colocar en su sitio de la misma manera en que se encontraban. Levanto la botella de perfume y oprimo la válvula del atomizador y sin querer disparo un poco de perfume sobre mi cara.
¡Cielos!
Comienzo a toser porque el líquido cayó directo a mis ojos y en toda mi cara. Me levanto de la silla desesperada porque comienzan a arder tanto que las lágrimas empiezan a deslizarse por mi rostro. Camino a ciegas por la habitación tratando de encontrar una puerta que me lleve directo hasta el baño, pero no encuentro otra más que la del vestidor. Decido salir, teniendo cuidado de recorrer el mismo camino que hicimos Vicky y yo cuando llegamos, para mantenerme oculta del resto de las personas que deambulan por sus corredores. No obstante, se me hace difícil ver hacia donde voy y hacia qué lugar debo dirigirme. Debí mantener mis manos quietas, pero la curiosidad me pudo y ahora estoy metida en un tremendo lío.
Me detengo en medio del corredor decidida a devolverme por el mismo camino y regresar al camerino, pero me congelo cuando veo la sombra de una enorme figura parada frente a mí. Intento alejarme pero me toma del brazo y me detiene antes de que lo haga.
―¿Cómo te atreves a salir de tu camerino en semejantes fachas? ¿Acaso pretendes correr a mis clientes? Ahora mismo te quitarás esos malditos harapos y usarás las únicas prendas que están permitidas en este club.
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