CORAL. DESCUENTO

TODAVIA ESTAS A TIEMPO

LO PROMETIDO ES DEUDA

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CORAL

CORAL- LIBRO 5

FRAGMENTO:

Maximiliano solo miraba estupefacto a Coral sentada en sus piernas, la tomó por la cintura viendo como ella sonreía y movía sus caderas arriba de su miembro, que a su pesar reaccionó enseguida.

—Ya veo gatito, que hay alguien que ha estado esperando por mí. Dale vámonos.

 Y diciendo esto se levantó, tomó a Maximiliano por la corbata, haciendo que la siguiera. Él lo hacía realmente impresionado y curioso. Al salir del local la empotró contra la pared, tomándola por la cintura y trató de besarla, pero ella le tapó la boca.

—No tan rápido Gatito, ya te di tu beso de hoy. Ahora quiero, que me acompañes a dar un recorrido por todos tus clubes.

—¿Y por qué debo hacer eso?

—Porque no quieres que todos tus hombres vean, como te doy una paliza aquí delante de ellos.

—Ja, ja, ja…, ¿crees que porque me sorprendiste ese día, puedes hacerlo ahora?— pregunta Maximiliano, pero antes de que siquiera hiciera un movimiento, Coral lo toma por sus pelotas y se las aprieta.

—¿Decías Gatito?—pregunta al tiempo que le pasa la lengua por el rostro desde la barbilla hasta el cachete. 

—Coral, suéltame. —Le pide por lo bajo Maximiliano, todavía la tiene empotrada en la pared, pero sabe que es porque ella se ha dejado.

—Te soltaré si te portas bien, no me gustó ver lo que estabas haciendo Gatito.

—Coral tú y yo no somos nada, puedo estar con quien yo ... ¡Oh, no me aprietes, no me aprietes…! ¡Joder mujer, estás loca!

— Sigue hablando sandeces y la pasarás mal Gatito, puede que te reviente uno. 

—¡Está bien, está bien! ¿Para qué quieres visitar todos mis clubes? Suéltame, por favor.

—Estoy buscando una amiga.

—¿Una amiga?

—Sí, me dijo que estaba en un club, pero no me dijo cuál, ya revisé todos los de mi área.

—Bueno vamos, ven iremos en mi auto.

—¿Crees que soy tan imbécil Gatito? Mira el mío allí, aquel con chapa de turista. Pero abrázame para que tus hombres piensen que somos novios. Y no te sigan.

—Me las vas a pagar Coral, siempre me coges de sorpresa, pero me las vas a pagar.

—Sí..., sí gatito, cuando quieras.