NUEVA HISTORIA DE YANIS HIDALGO
Buenas, buenas…
Yanis nos trae una nueva historia, no se la pierdan.
SINOPSIS
Existen infiernos tan llamativos y placenteros, que ni siquiera los demonios más perversos que habitan en él te asustan. Lo que si te asusta es dejar de vivir en ellos, tu miedo a dejar de vivir esos placeres que solo uno de esos infiernos puede darte, es más fuerte que todo, incluso las quemaduras que las llamas te pueden causar... Yo viví durante diez años en el infierno más oscuro, profundo, doloroso y tortuoso que un ser humano puede conocer y estaba bien. Les juro que estaba bien, porque yo me lo merecía. Yo estaba ahí porque había cometido un pecado imperdonable y mi castigo era purgar una condena en ese infierno. Así que estaba bien viviendo allí, pero de pronto llegó ella con esa hermosa sonrisa, esos ojos hipnotizantes y esos pecaminosos labios y todo mi infierno se tambaleó. De pronto me vi deseando salir de él y vivir una vida normal, el único problema es que ella también representa un infierno para mí y aunque es un infierno muy placentero, ¡No deja de ser un infierno!
¿Saben cuál es el problema realmente?, que cuando te acostumbras a vivir en el infierno, te sientes cómodo viviendo en él y no quieres salir de allí, aun cuando tienes el cielo frente a ti. El miedo a lo desconocido, a salir de tu zona de confort, muchas veces es más grande que cualquier otro sentimiento que puedas estar sintiendo... Mi miedo a lo desconocido, al que dirán, a las condenas morales del mundo tan moralista en el que vivimos y mi deuda moral con mi esposa me impiden ser feliz con la mujer que realmente amo... Por ahí dicen que: «Cuando te gustan las rosas te acostumbras a las espinas» y yo, aunque esas espinas se me están enterrando en el corazón y cada vez más hondo, no quiero abandonar mi jardín de rosas, aun cuando ya están marchitas.
—Divórciate —pide mirándose las uñas como si estuviera hablando del color que tiene en ellas.
—¡No puedo! —exclamó contrariado, porque divorciarme es lo que más deseo en la vida, pero no puedo hacerlo, tengo una deuda moral con mi esposa y no puedo dejarla, a pesar de no amarla, como amo a la mujer frente a mí que me mira con dolor.
—En ese caso —separa, toma su bolsa y saca un sobre de esta —Aquí está mi renuncia y por favor ten la delicadeza y el respeto de no volverme a buscar, porque tu amante no seré nunca más —camina hacia la puerta y yo siento como si mi alma y mi corazón se estuvieran yendo con ella —Tú pudiste haber sido el dueño y señor de mi vida, pudiste haber sido la razón de mi existir ¡Eras mi amo y mi sumiso! Pero acabas de elegir ser solo uno más del momento, un amargo recuerdo... —abre la puerta y se va llevándose todo de mí con ella.
2 comentarios
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IngresarCuantas emociones nos tendrá esta historia;)
Gracias, corazón
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