Se llegó el momento...

Savannah contiene su respiración tratando de relajar su cuerpo, pero el simple hecho de ver a Alec tan cerca de Alexander era demasiado para su pobre corazón. Pensó que nunca podría verlos en una misma habitación, pero aquí estaban.

Levanta su mirada en el momento en que Alec aparta sus ojos de su hijo y vuelve a mirarla a ella, con una expresión que no puede describir con palabras. En ese momento, se da cuenta del tiempo que había pasado y que ellos ya no eran los mejores amigos ni se conocían de la manera en que lo habían hecho.

—Hay muchas cosas que debemos de hablar— comienza a decir Savannah, pero las palabras abandonan sus labios cuando Alec vuelve a mirarla fijamente a los ojos.

¿Cómo podía alguien pensar que era sencillo mirar al hombre de su vida después de tanto tiempo para decirle que tenían un hijo? ¿Cómo podría reaccionar si Alec no quería saber nada más de ella?

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