Es ella, ha vuelto y no la ha hecho sola
Parece que el calor del día de hoy no dejará que sigamos trabajando, puedo ver a los peones, terminar la cerca y que están demasiado cansados.
—Es todo por hoy chicos, vayan a refrescarse y descansen lo que resta del día, mañana continuamos —ordeno a los trabajadores.
—Gracias, señor Elián, la verdad es que el calor es intenso —responde uno de ellos.
Bajo la sombra de un árbol veo como se comienzan a ir en las camionetas dispuestas para ellos, cuando se han marchado monto a mi hermoso caballo y me dirijo hasta la casa, porque en definitiva hoy ya no hay mucho que hacer.
Justo al cruzar el río se me antoja echarme un chapuzón, amarro al animal bajo la sombra de un árbol y me dispongo a refrescarme en el agua por algún tiempo, en el mismo espacio de siempre, en aquel en donde conocí el amor y venía con ella. Todos los días me repito que no debo guardar este tipo de recuerdo, pero termino cayendo.
Cuando siento que es suficiente vuelvo a montarme al caballo y ahora sí, es momento de llegar a la finca. De pronto recuerdo que tenía una reunión con mi vecino, no es nada importante, solo que ha estado insistiendo en que pasara a probar el vino que produce, lo pienso y, ya que hoy hemos terminado antes, ¿por qué no? El sol ha bajado y ahora se siente un clima fresco.
Mientras me dirijo a la casa vecina recuerdo la relación que tengo con ellos, durante un tiempo buscaba cualquier pretexto para ir hasta ella y verla, a aquella mujer que tuvo todo de mí, ella, mi primer amor. Pero es verdad cuando dicen que uno no se queda con ese primer amor.
Mientras cabalgo, los recuerdos se arremolinan en mi cabeza y por más que me obligo a olvidar, no puedo. Amé de verdad, creí que con ella me iba a terminar de redimir; sin embargo, lo único que logré al final es un corazón roto.
Justo cuando llego y estoy por bajarme del caballo, mis ojos van hasta la entrada donde un taxi viene llegando. Me quedo estático porque de pronto mi corazón ha comenzado a palpitar desenfrenadamente, como si sospechara que algo está a punto de suceder.
Al ver bajar al pasajero es cuando me arrepiento de haber venido hasta aquí, mi corazón tenía razón; es ella, ha vuelto y no la ha hecho sola.
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