Descendientes del amanecer.

Eloisa Lancaster siempre ha obtenido lo que ha deseado. No sólo es una mujer hermosa, también es exitosa. Logró cumplir sus sueños contra todo pronóstico, convirtiéndose en una jinete reconocida y con un montón de victorias en su haber.
Pero ni eso logra que Devon Lewis, el hijo del nuevo socio de su padre, la vea con otros ojos.
Devon Lewis no tiene tiempo para mujeres. Entre el manejo de los terrenos de su padre y los asuntos paternales en los que se ve involucrado, Devon no puede enfocarse en la atractiva mujer de boca suelta que se le aparece hasta en la sopa.
Sin embargo, los amaneceres son los que parecen querer juntarlos, porque es el único momento en el que la vida parece menos caótica y mucho más romántica.