Desgaste 18+

—No te entiendo.

Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando lo escuché soltar una fuerte carcajada.

—¿En serio no lo notaste? —soltó la pregunta con una burla que me helaba los huesos—. ¿Eres tan tonta para pensar que íbamos a escapar juntos? ¿En serio? Definitivamente eres una niña, una niñita ingenua y tonta.
Cada palabra la soltaba con tanto veneno que creí que me derrumbaría en cualquier momento.

—¿Estás jugando? —pregunté con lentitud—. No puedes hacerme esto. Acabo de dejar todo por ti, por favor. No me hagas esto, yo... —las lágrimas me nublaron la visión—. Acabo de dejar todo —le repetí en un hilo de voz—. ¿Qué te está pasando?

—No me pasa nada, y sinceramente lo que hayas hecho no es asunto mío —dijo sin más.

Y ahí supe que Dimitri Petrova había sido lo peor que me había pasado.