Mi Padre Conspirador

Cuando la inocencia era más grande que mis años, la vida era simple y amena. Esos días en el campo jamás los olvidaré. Hoy con anhelo los recreo una y otra vez, allí mi madre, mi padre y yo éramos felices.
Siempre hemos estado aquí, en el mismo lugar, casi sembrados en Venezuela, la perfección no estaba en ningún país europeo, sino aquí. En un ambiente calmado se puede encontrar tanto agite en las ideas, en la mente de él, mi padre, de ideologías marcadas y sangre dulce y noble, la contradicción sólo en él.
Qué tanto hay que soportar por una creencia, qué tanto se necesita para destruir la dignidad. Tantas cosas horribles que ya vimos, las que veremos y las que sólo imaginamos.
¿En dónde grita su rabia un pueblo silenciado?
Ya el llanto no es suficiente, los horrores deben ser combatidos,