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—Nathaniel. —Parpadeé para contener las lágrimas que se me acumulaban en los ojos. No puedo llorar delante de este cabrón—. ¿Cómo puedes mirarme y hablarme así?
—No me equivoco, ¿verdad?
—¡Nathaniel! —grité, con la emoción a flor de piel—. ¡Estábamos juntos, por Dios!
...
Hay en el texto:
drama familiar, matrimonio entre ex, romance angustiante
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En proceso: 01 Dic
14 pág.
Sí, quiero