Nota del Autor

Es un verdadero honor saber que mis escritos siguen siendo leídos con atención y sensibilidad. Cada uno de estos cuentos ha sido concebido con cuidado, procurando que no perdieran ni su esencia ni su identidad.

Lamento sinceramente el retraso en la entrega de estos textos. Las circunstancias no siempre jugaron a mi favor, y en más de una ocasión me vi enfrentado a bloqueos creativos que me obligaron a detenerme, a repensar, a reescribir. Por ello, me parece justo compartir brevemente cómo fue concebido cada uno de estos relatos.

Comencé con Eccedentesiasta, un texto que ya existía en una versión anterior que no terminaba de convencerme. Sentí la necesidad —casi obsesiva— de reescribirlo desde la raíz, hasta encontrar el tono exacto que buscaba. Luego vino El Minotauro, una idea que me había acompañado durante años, pero que no encontraba aún su forma ni su propósito narrativo. Fue en este ciclo donde finalmente halló su lugar.

Baby Blue surgió a partir de un fenómeno real que atravesó una persona cercana. Para escribirlo, tuve que sumergirme en una experiencia ajena, dolorosa, y tratar de comprenderla desde dentro. El resultado me sorprendió y me conmovió más de lo que esperaba. Después escribí Cuando Lázaro Despertó, que en un inicio iba a tomar un rumbo distinto, pero al recordar ciertos textos de Oscar Wilde, la historia tomó una dirección inesperada, más simbólica, más crítica.

Finalmente, cerré este ciclo con El Señor de la Mosca, un cuento que decidí escribir en versos libres. Fue un reto desde el inicio, ya que no tenía claro cómo abordar su tono ni su estructura. Pero poco a poco, la historia fue revelándose, y sentí que era la forma adecuada de cerrar este conjunto.

Estos cuentos, aunque diversos en forma y atmósfera, comparten un mismo impulso: explorar lo humano desde sus márgenes. Al verlos reunidos, presiento que este ciclo marcará un punto de inflexión en mi camino creativo.

Gracias por leer y por la espera. Con el tiempo, nuevos caminos se abriran y nosotros, como autores o lectores, seguiremos transitándolos con la misma entrega, la misma inquietud, y la misma necesidad de contar.