"Cambié por Ti"

Capítulo 2

Narra Sebastián:

Me levanto como cada mañana, en silencio y triste.
Después de la muerte de mis dos personas favoritas, nada es igual. Primero mi madre y después, el que me crió bien, mi abuelo.

Golpean la puerta y pasa. Es Clear. La miro con odio y después me dirijo al baño.

Desde que ella está aquí, nunca le saca los ojos al señor Lombardi, bueno, "mi padre".

A veces pienso que sólo juega con ella, pero al verlo, me ha dado entender que también la quiere.
Pero no permitiré que, si se diese el caso por tal y tal motivo, se convirtiera en la señora de la casa. Y más para los chicos con los que me relaciono, pensarán que mi nueva "madrastra" era la empleada de mi casa.

Sacudo mi cabeza tratando de quitar esos pensamientos.
Salgo de la habitación y entra Cecilia.

_ Buen día Sebastián, lo están esperando abajo -la miro confundido-.
_ ¿Quiénes?.
_Su padre y una pareja.

Sigo mi camino y llego a las escaleras dónde está mi padre con otras personas.
Ellos me miran y sonríen un poco.

Termino de bajar las escaleras y me quedo a un costado de mi padre.

_ Bien, ahora qué estamos todos, quiero decir que esta noche iremos a su casa y el cambio será allá. No volveremos a tener alguna relación. Ante el más mínimo contacto; se tomarán medidas nada buenas, así que ustedes deciden.

Después de la "conversación", nos dirigimos al comedor. El ambiente es incómodo y creo que también de ¿tristeza?.

_ Iré con mis compañeros, aprovecharé algo antes de irme de aquí.
_ Si. Te quiero para esta noche, no llegues tarde y también irás a comprate algo de ropa, es importante lo de hoy.
_ Si señor Lombardi -me mira mal y vuelve a concentrarse en su desayuno- tanto me quieres que harás esto.
_ Ya hablamos de esto, por favor Sebastián, basta. No entiendes nada y hoy lo será.

Enojado es poco, molesto quedaría mejor.

Me cambiarán por otra persona, que según el señor Lombardi dice que beneficia a ambos lados. Quisiera conocer esa persona, si es lo que pienso, podría jugar un poco.

En la tarde, voy con mis compañeros, José y Stéfano, para la última juntada. Pensaba que sería más adelante, pero no, es hoy.

_ ¿Y esa cara? -pregunta al notar que no he hablado desde que llegué-.
_ No es nada.
Stéfano: Vamos, dilo.
_ No los podré volver a ver -me miran sorprendidos y nadie habla, por mientras me fijo en la hora- adiós. 
_ Pero... Sebastián!!!

Los ignoro y voy al shopping a comprar la ropa. Podrían las sirvientas de la casa ir, pero a veces no traen lo que quiero o pido, así que hoy, voy yo.

Entro a uno de mis negocios favoritos. Siempre tienen lo que me gusta.

Ya llevo casi una hora esperando. Los corbatines se terminaron y según ellos ya llegarían.

Creo que no pasará nada, así que me dirijo al vestidor y veo a una chica de mi edad maso menos salir con un vestido que no le queda nada bien.

_ ¿Qué miras tanto? 
_ Perdón que diga esto, no te queda ese vestido. Se cual te servirá.

Voy hacia adelante y agarro el vestido que vi, apenas entré. Es color carmín, tiene escote de corazón, es largo hasta las rodillas. 
Regreso y mira al vestido con admiración.

_ Lo veo en tus ojos, lo quieres, ten -le entrego el vestido y rápido entra a cambiarse-.
_ -abre la cortina y al verla, algo cambia en mi- ¿ahora si?
_ Da una vuelta.

Hace lo que le pido y no me vuelvo a equivocar. Es hermosa y se ve muy distinta a las demás.

Me acerco a su espalda y ato su cinto. Las manos me tiemblan un poco, ¿nerviosismo?, no puede ser.

Se mira al espejo y sonríe.

Su sonrisa. Sus ojos marrones con un hermoso brillo.

Agradece y va en busca de algo, vuelve y veo que trae un corbatín celeste.

<<Combina con tus ojos>>

Cuando me lo coloco, veo que resalta mucho. Tiene razón.

Al rato fui de vuelta a mí casa. Pero esa chica... no me la puedo sacar de la cabeza.
Pero no la volveré a ver.

Cecilia y Clear se despiden de mi. Subimos en un auto y nos dirigimos a esa casa dónde sucederá el cambio.

Es simple, pero linda la casa, por lo menos no se ve que es chica. Bueno, la mía es un laberinto sin fin.

La misma pareja de esta mañana nos recibe.
Ellos se ponen a hablar. Yo no les presto atención, hasta que se escucha unos pasos. Todos miran pero yo sigo en mi propio mundo.

Reacciono cuando mi padre se adelanta. Voy con el y la veo.

No puede ser. Ella no es cómo las otras. Tiene que ver una equivocación. Safira. La persona por la cuál me cambiarán.

Mientras ellos hablan, seguro las condiciones y demás cosas, salimos hacia la parte del jardín.

No puedo asimilar las cosas aún. No tengo ganas de hablar.

Por primera vez sentí en que... debía cambiar pero... no se qué hacer.

Ella se aleja y yo la sigo.
Mi humor cayó y no me queda más que jugar un poco.



#30001 en Otros
#4212 en Acción

En el texto hay: decisiones, amor, dolor

Editado: 30.05.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.