I

31 de Agosto, 2020.

Lloré mucho, realmente he llorado demasiado desde que terminamos.

No tiene ni un día, pero, el tiempo se me está haciendo eterno. Realmente todo me recuerda a ti. A dónde quiera que voy, a cualquier persona a la que saludo, me recuerdan a ti.

¿Quien lo diría? Terminar de esa manera... Aún sigo preguntando las verdaderas razones de tu actitud tan hostil. Porque sé que no eres así es que me lo sigo preguntando. Está doliendo mucho, realmente mucho.

Me acostumbraste tanto a ti, tan es así que lloro solo de recordarlo. Pensé que mis sentimientos hacia ti, no era más que un sentimiento, sin embargo, viendo cómo es que tus palabras me dolieron, creo que lo que siento por ti, es mucho más fuerte de lo que quiero admitir.

He estado llorando la mayor parte de la noche, me quedaba dormida de a ratos y aún así, solía despertarme al sentir mis propias lágrimas.

Se siente como algo que no es real, porque nunca imaginé que todo esto pasaría. Imaginé tantas cosas y ahora ninguna más será posible.

Tus palabras dolieron tanto y sigo sin poder creerlas, estoy convenciendo a mi corazón de qué fue una cosa causada por el estrés, pero, viendo cómo es que las horas pasan y no sé nada de ti, duele un poco más.

Es una herida profunda, una herida que nunca creí que me harías. No te culpo, seguramente ahora estamos a mano; ni te debo, ni me debes. Te lastimé tanto y realmente es justo lo que estoy pagando.

Es una tortura el tiempo, porque quisiera correr, correr y buscarte, que arreglemos todo, pero, es imposible. Las cosas entre nosotros, están lo suficientemente mal como para ser remediadas de esa manera.

Duele, y porque soy orgullosa, es que no pretendo buscarte. Simplemente he decidido que si no te veo, no existes.