Conquistandote

Capítulo 3: Travis

Andrea tiene completamente atrapados en su encanto al matrimonio Glove. Me complace que sea así porque los intentos de Gibbs para llamar la atención del señor Glove son inútiles y su esposa es un ente que apenas habla.

Sigo creyendo que fingir que Andrea y yo estamos prometidos es una locura, pero no hay nada más que hacer. No puedo decir que es mentira y Andrea necesita esto tanto como yo.

Al ver a  Gibbs tratando de desacreditarme, solo motivó a seguir con la mentira.

No quiero que vaya por Meyers, pues es un asqueroso al que le encantan las mujeres y aunque ella puede cuidarse sola, es mejor prevenir. Tal vez crea que puede librarse y no siempre es posible con un hombre poderoso que tiene amigos policías y políticos. Prefiero que esté lejos de él.

La verdad las cosas no van tan mal. Andrea se enfoca en la mujer de Glove sabiendo que es el punto débil de Alberth Glove, y yo tengo la oportunidad de hablar con él logrando que Gibbs quede en segundo plano.

—Apenas la vi, supe que era el amor de mi vida y determiné conquistarla—comenta Alberth—. Treinta años después y cuatro hijos seguimos enamorados.

Mira a su esposa con devoción absoluta y es increíble que lo haga tras treinta años de matrimonio.

—¿Ustedes, como se conocieron? —pregunta Gibbs—. Quiero decir, hasta esta noche no sabía que tenías novia. Sé que te has quedado en la oficina hasta tarde e incluso has dormido ahí alguna que otra vez. A las cenas y eventos de la empresa nunca has asistido con una mujer.

Todos fijan la atención en mí.

—Nos conocimos cuando teníamos quince años—respondo—. Su perro quiso violar mi pierna.

Andrea suelta una carcajada.

—Scooby estaba en celo y sintió el olor de sus perras en él, lo castramos una semana después. Lo había olvidado.

—¿Se conocen desde hace tanto tiempo? —pregunta Sienna Glove—. Amor de adolescentes.

—No estábamos juntos en esa época. Ella era la mejor amiga de mi hermana.

—Sigo siendo su mejor amiga.

—El punto es que no teníamos ninguna relación. Ella creía que yo era un nerd aburrido y solitario que prefería pasar su sábado a la noche leyendo y estudiando.

—Y él pensaba que yo era una morena superficial y arrogante que no merecía su atención. Además, estaba celoso de que su hermana me diera más atención que a él. Son mellizos.

—No estaba celoso, solo teníamos personalidades diferentes.

Nos quedamos mirándonos durante un momento y soy el primero en romper el contacto. Ella sigue hablando.

—La cuestión es que no teníamos mucha relación en esa época, él se graduó un año antes que yo y se fue. Volvimos a tener contacto cuando su hermana y yo nos mudamos a Chicago.

—Aun así seguíamos sin estar juntos—agrego—. Tuvimos un acercamiento cuando mi hermana conoció a su actual esposo y quedó embarazada de él. Los dos pasaron por un conflicto personal que llevó que Andrea y yo nos acercáramos y en algún momento surgió algo.

—Amor, puedes decirlo—apoya la mano en mi brazo—. Nos acostamos y luego dijimos que no pasaría de nuevo porque supuestamente no nos soportábamos y soy la mejor amiga de su hermana, pero nos nombraron padrinos de nuestra sobrina Miracles y el destino parecía acércanos más hasta que no pudimos seguir negando la verdad.

—Que estaban enamorados. —dice Sienna.

—Exacto—confirma Andrea—. Lo mantuvimos en secreto buscando la mejor forma de decírselo a su hermana Kaia. No sabíamos como reaccionaria. Lo hizo bien y ama que estemos juntos.

Asiento estando seguro de que ella estaría feliz por nosotros.

Si mi relación con Andrea fuera real, se alegraría de vernos juntos. Lo mencionó un par de veces en el pasado hasta que le pedí que dejara de hacerlo. Ella no puede saber que tuve la intención de invitar a salir a Andrea y fue cuando la escuché burlándose de mí con sus amigas. No dije nada en ese momento para no crear conflictos en ellas y no quiero decir nada ahora porque está en el pasado y allá debe quedar.

Andrea se acerca demasiado a mí y mi cuerpo reacciona involuntariamente ante su contacto, su aroma y el escote de su vestido. No logro comprender por qué la deseo tanto sabiendo lo que ella piensa y siente por mí, y no me sucede con otras mujeres. No importa cuanto tratara con otras mujeres, ninguna me producía lo que la mejor amiga de mi melliza me genera.

—¿Y Travis no te quiso llevar a ningún evento de la empresa? —pincha Gibbs.

Creo que él sospecha que mi relación con Andrea es falsa o sigue sin creerlo.

—Acordamos mantener la relación personal separada de la laboral, eso incluyen los eventos. —respondo.

—Yo tampoco lo he llevado a eventos de mi trabajo. Creo que los dos somos demasiados entregados al trabajo y todavía nos cuesta dejarlo a un lado, aunque prometimos hacerlo.

—¿Y cómo te propuso matrimonio? No veo anillo en tu dedo. —resalta Gibbs.

Estoy a dos minutos de agarrar el cuchillo y clavárselo en el ojo sin medir las consecuencias.




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