Conquistandote

Capítulo 6: Andrea

Debo recordar que hago esto por mi carrera y que solo serán dos noches y tres días durmiendo en la misma habitación que Travis y fingiendo que somos pareja.

Él parece más consternado que yo y eso es porque le molesta mentir y fingir. Yo no estoy feliz con la situación porque es horrible fingir atracción por un hombre que realmente te atrae, aun así, es por un bien mayor y debo seguir fingiendo que no me importa.

Finjo tan bien que tarareo una canción mientras termino de pintarme las uñas de los pies. Travis puso mala cara cuando subimos al auto de alquiler en el aeropuerto, me quité los zapatos y saqué el esmalte. La casa de los Glove está a una hora y media de distancia del aeropuerto, así que me da tiempo para terminar de pintarme las uñas. Lo habría hecho en el salón cuando me hice la de las manos, pero llegué tarde y no hubo tiempo; me tocó hacerlo a la antigua.

Travis es muy guapo y me gusta que sea tan buen hermano, sin embargo, no sabe relajarse, al menos que Miracles esté con él. Verlo con ella es todo un espectáculo porque se olvida de la parte estructural de su personalidad y se relaja lo suficiente para ponerse a jugar en el piso con su sobrina sin importar que ella le llene la camisa de saliva o de fruta.

Como el otro día que la niña tenía las manos llenas de banana porque había metido las manos en su puré de banana. Palmeó la pierna de su tío con las manos así. Pensé que a Travis iba a darle algo, pero solo sonrío, tomó a la pequeña en brazos y llevó a lavarse. Solo es así de relajado con ella, con los demás es diferente.

Me pregunto si él será así debido a que no tuvo amigos de verdad que lo ayudaran. Estaba Kaia, siempre estuvo, pero es diferente porque ella era más sociable y dada que su hermano.

Lo observo de reojo estudiando sus facciones delicadas. Hoy tiene una leve barba y es raro que se la deje porque suele preferir estar afeitado. No viste traje formal como suelo verlo, sino que tiene un polo de cuello alto de color azul y pantalones caqui de color beige. Sus impecables zapatos formales fueron reemplazados por calzado deportivo de color blanco.

¿Cómo se verá desnudo? Nunca tuve posibilidades de verlo ni en ropa interior. Tiene el pecho marcado, pero más allá de eso no pude ver. ¿Será pasional y espontáneo en la cama o controlador como todo en su vida?

¿Por qué me estoy haciendo esas preguntas?

«Andrea, no hagas esas preguntas sabiendo que vas a compartir habitación con él. No te interesa como sea vea desnudo ni como de complaciente es en el cama».

A ver si me hago caso a mí misma. Llevarme la contraria es algo que hago bastante seguido, convirtiéndome en mi propia enemiga.

—¿Puedes dejar de mirarme fijo?

Mierda. No sabía que se dio cuenta.

—Solo esperaba que me dijeras algo por estar pintándome las uñas de los pies en el auto.

—Mientras no manches nada, no me molesta, aunque no entiendo por qué tienes que hacerlo ahora y no lo hiciste en tu casa antes de viajar.

Resoplo.

—No tuve tiempo y en el avión no me hubieran dejado.

Guardo el esmalte en mi bolso y estiro la mano hacia la radio buscando alguna canción. Si seguimos en silencio o él respondiendo cortadamente, me voy a querer tirar del auto sin importar las consecuencias.

Paso las estaciones de radio hasta que encuentro una canción que me gusta para ir por la carretera Call me maybe y me pongo a cantar a todo pulmón moviendo mis pies recién pintados mientras espero que se sequen.

Travis me mira durante unos segundos y vuelve la atención en el camino negando con la cabeza.

—¿Qué? ¿No te gusta? Yo pienso que es genial—estiro la mano y la apoyo en su brazo—. Canta conmigo. Hey, I just meet you, and this is crazy. But here's my number, so call me, maybe. It's hard to look right at you, baby. But here's my number, so call me, maybe… oh, vamos, es pegadiza la canción.

—Es una tontería, no tiene sentido y al final el chico es gay.

Llevo la mano al corazón.

—Hieres mi alma, Travis. No seas amargado.

—No soy amargado.

—Pruébalo y canta. Apuesto que le hubieras cantado a la azafata, si te hubieras dado cuenta que la chica estaba a punto de abrir la camisa para enseñarte los pechos.

Pone los ojos en blanco.

Una de las azafatas intentaba coquetear con Travis, pero este no se daba cuenta o fingía no hacerlo porque no le interesaba. Me dio un poco de celos y tuve que disimular, luego le dije a la azafata que si quería llamar su atención, se pusiera un pene. La cara que me hizo la chica era digna de oscar. Por suerte Travis no supo que le dije eso.

—Las mujeres que se regalan de esa forma no me interesan y por eso no le presté atención. No soy amargado—suspira—. Aun así, no voy a cantar.

Me encojo de hombros.

—Bien, lo haré por ambos.

Y termino de cantar la canción intentando imitar la voz de Travis, como si él estuviera cantando y puedo notar que él ríe, aunque lo disimula bastante bien.




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