Conquistar su Amor

Capítulo 8.

PATRICK

 

Mi recuperación era lenta y dolorosa, pero el solo hecho de saber que mi pastelito y mi muffin estaban bien me daba fuerzas para esforzarme el triple para ir por ellos.

llevaba dos meses completos con terapias y ejercicios que me permitieran recuperarme del tiempo que me mantuve en coma, en total, tres meses lejos de mi pastelito.

Había enviado algunas personas de encubierto a Isquia, lugar donde aseguraban que estaba mi Pastelito, también al otro lugar que había coincidido con las sílabas enviadas por Stefh, Quiaca, Argentina. En ningún lugar habíamos obtenido resultados, en Quiaca fueron serviciales y atentos y nos enviaron a “la concha de la lora” en Isquia, la gente nos esquivaba y no contestaban ninguna pregunta.

— Ve tu a Isquia, Tony, llévate a Vicky, seguramente a una mujer le darán más información que a hombres que parecen exconvictos.

— Como órdenes, ¿cómo te sientes?

— Mejor, aún me cuesta mantener el ritmo y me agito con más facilidad, supongo que la falta de un pulmón afecta, pero no impedir que vaya hasta el fin del mundo por mi mujer.

— Quédate reposando, Vicky y yo nos encargaremos de encontrar a Stefhany, no te preocupes.

— Me preocupo demasiado, lleva a nuestro hijo en su vientre y seguramente siga en las garras de Price. 

— Aun así, debes descansar para estar bien para cuando la encuentres. — Hice una mueca y asentí con la cabeza antes de que se marchara de la oficina.

Dos días después se encontraban en aquella isla, que, desafortunadamente para nosotros no nos dio ninguna pista. Nada nos estaba saliendo bien.

— ¿Te encuentras bien?

— Estoy bien Vicky, ¿Por qué lo preguntas?

— Llevas casi tres horas encerrado en este gimnasio, creo que es suficiente por hoy

— Descansare cuando Stefhany y mi hijo esten de regreso en casa.

— Buscamos en cada rincón de esa isla por dos días, los lugareños no quieren hablar, había muchos hombres armados en el lugar, pero nada que nos indicará que tenían un escondite o que Stefh estuviera con ellos en algún lugar de esa isla.

— Siento que moriré si no la encuentro pronto.

— No puedes morir, ya sobreviviste a una gran prueba, aguanta un poco, pronto la encontraremos, la extraño tanto— se soltó a llorar desconsolada.

—Yo también la extraño, la extraño como no tienes idea— camine hasta ella y la estreche en mis brazos. — Cada dia me reprocho por la estupidez que cometí al dejar entrar a Tessa a nuestro hogar, eso destruyo mi familia.

— No es tu culpa, fue culpa de esa mujer, traicionó tu confianza y la confianza de todos.

— Debí escuchar a Stefhany, ella intuía que sucedería algo como esto y no le hice caso.— antes de decir algo más dos de mis hombres entraron corriendo al gimnasio.

— ¡Señor, lo hemos encontrado! — Sonrió gustoso con esas palabras, no era lo mismo que encontrar a mi pastelito, pero esto me emocionaba también.

— Llevenlo al calabozo, iré en unos minutos.— asintieron con la cabeza y se retiraron del lugar.

— ¿Lo encontraron? — Preguntó Vicky limpiándose los restos de lágrimas de su rostro.

— Tal parece que si, voy a poner en práctica mi nuevo entrenamiento.

— Te acompaño, ese maldito se merece uno o dos golpes míos.

— Vamos entonces.

Permití que ella saliera primero del gimnasio y juntos caminamos por los largos pasillos de aquella mansión subterránea hasta llegar a los calabozos. Esboce una sonrisa al ver a la persona que se encontraba allí amarrada y amordazada

— Hola Drew, tanto tiempo sin vernos.— Vicky pasó por mi lado y de una sola patada lo dejó acostado en el suelo.

— ¡Eres un infeliz!, ¿Cómo fuiste capaz de hacerle eso a Stef? es tu amiga.— Balbuceo algo que no logramos entender debido a su mordaza.

— Déjame ayudarte Viks— me acerque a aquella basura y lo tome del cabello para levantarlo y lanzarlo de nuevo a otro extremo de la habitación, luego me puse de rodillas frente a él para quitar la mordaza de su boca.

— Pensé que estabas muerto — exclamó mirándome fijamente.

— Para tu mala suerte, aun estoy vivo— me levante y patee su estómago con fuerza. — Dime donde esta Stefhany.

— No te lo diré jamás.— seguí golpeándolo por todos lados, descargando mi furia y frustración en él, sin embargo, no logré sacarle la información que necesitaba.

— Habla ya, ¿Donde esta Stefh? — a pesar de estar sangrando y con posiblemente todos sus huesos rotos, sonrió de una manera macabra con sangre bajando por sus labios.

—Si no es para mi, no es para nadie, nunca sabrás su paradero, pero sí puedo decirte algunas cosas— soltó una carcajada que hizo que se ahogara con su propia sangre, — ahora, ahora es la esclava sexual de Price, es su perra.— sus palabras me enfurecieron aún más, sin embargo, esta vez fue Vicky quien se encargó de silenciarlo.

Una patada en su rostro le volo un par de dientes y lo dejo tendido en el suelo aun riendo, era escalofriante ver su actitud, parecia un demente.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.