Prefacio

Después de veintiséis días llenos de desvelo, cansancio, extrema agonía y dolor, luego de escuchar a Jhon suplicar a los cielos que lo dejasen morir, fue en una madrugada de un veintidós de enero que mi amado esposo cerro los ojos y el momento pasó, su alma se liberó de su adolorido y lastimado cuerpo. Sujete la mano de mi amado esposo hasta su último aliento y quizá hasta aquel momento ese fue el suceso más doloroso de mi existencia, pues Jhon, mi amado compañero con quien anhelaba envejecer había partido de esta tierra dejándome dulces y melancólicos recuerdos que calaban al corazón  con su ausencia permanente. Mi querido esposo marcho para convertirse en una estrella más en el inmenso firmamento y yo...yo solo me había quedado aquí con su esencia, con sus cosas y con su amor en mi alma, la cual yacía en una tremenda tristeza, cuando Jhon se fue solo quería llorar, llorar día y noche, quería que mi alma rota se apaciguara pues dicen que el llorar nos libera, nos limpia y nos purifica, tenía bien sabido que debía tomar las riendas de mis emociones y no dejar que el dolor me hundiera pues tenía una pequeña de cinco años que dependía de mí, mi dulce bebé, mi niña, lo mejor de Jhon y de mí, mi pequeña de nombre Lily, por elección de su padre. 

Ahora yo era todo para mi pequeña hija, su soporte, su sustento, su lugar más seguro y luego de dos años me había vuelto fuerte y era tan feliz con Lily, todo parecía ir tan bien, veía la luz al lado de mi hija, Jhon siempre en mi corazón me hacía indomable, segura y valiente y sintiéndome tan plena podía cumplir felizmente con todas las necesidades que debía cubrir para con Lily, hasta que un día mientras, trabajaba en mi pequeña cafetería, sentí un dolor tan fuerte que tuvieron que llevarme al hospital, luego de estudios y un par de días después luego de darme el alta mi médico me llamo y en cuanto entre al hospital sentí esa horrible sensación de frío recorriéndome el cuerpo mi incomodidad era tal que sentía que estaba comenzando a sudar, me senté con seriedad en una silla dentro del consultorio y luego mi médico entro, sentándose frente a mí, tomo aire y me miró fijamente, justo en ese momento noté como un gesto de preocupación se plasmaba en su rostro.

— ¿Pasa algo? —pregunté con mucha curiosidad, pues el medico solo estaba ahí, mirándome mientras un incómodo silencio nos envolvía a ambos.

—Charlotte. —pauso y bajo su mirada, en ese momento sentí me estaba observando con lastima. 

—Doctor lamento si soy grosera pero...necesito volver a trabajar le voy a pedir por favor que vaya al grano de una vez. —dije acercándome un poco hacía el medico quien nuevamente levanto su vista hacía la mía.

—Bien, siendo así. En verdad lamento tener que informarte que padeces un agresivo cáncer de estómago Charlotte. 

En ese momento mi primera reacción fue de sorpresa, sentía una enorme confusión y hasta pensé haber escuchado mal, pero luego caí en cuenta de que no y mis ojos se llenaron de lágrimas, sentí como si un enorme balde de agua fría me cayera encima, lo primero en lo que pensé fue en Lily, mi pequeña que a los cinco años había perdido a su padre y ahora probablemente podría perder a su madre. — ¿Cáncer? —pregunte bastante confundida, esperando nuevamente y con algo de esperanza haber escuchado mal.

—Sí, cáncer de estómago, Charlotte ¿Porque no te consultaste antes? ¿Qué tan seguido vas al médico? 

—Yo...tenía algunos meses sintiéndome mal, sí, pero...pensé que podría ser gastritis o algo así, no pensé que fueran síntomas de cáncer, iba a consultar con médicos de farmacia y me daban medicamento y me sentía bien y luego otra vez...y yo...—luego de ese punto ya ni siquiera pude hablar, mi voz comenzaba a quebrarse cada vez más llevándome las manos al rostro trate de cubrir las lágrimas que de mis ojos brotaban incesantes. 

—Tú cáncer es agresivo, mucho, el tratamiento principal para las personas con tu tipo de cáncer consiste en remover el estómago total o parcialmente junto con el epiplón y los ganglios linfáticos cercanos. Muchos pacientes son tratados con quimioterapia o quimio radiación antes de la cirugía para tratar de reducir el tamaño del cáncer y facilitar la operación. El tratamiento después de la cirugía puede incluir nuevamente quimioterapia sola o quimio radiación.

El medico comenzó a hablarme sobre mi tipo de cáncer, el tratamiento y un montón de cosas que la verdad no entendía, de pronto deje de escucharle y por mi cabeza solo rondaba una cosa. ¿Qué pasaría con mi hija si yo muriera?  — ¡Doctor! ¿Qué probabilidades tengo de vivir? —pregunte de repente, interrumpiendo lo que él decía.

—La tasa de supervivencia a 5 años de las personas con cáncer de estómago es del 31 %. Esta estadística refleja el hecho de que la mayoría de las personas con cáncer de estómago reciben el diagnóstico cuando el cáncer ya se ha diseminado a otras partes del cuerpo. Si el cáncer de estómago se detecta antes de que se haya diseminado, la tasa de supervivencia a 5 años es generalmente más elevada, pero depende del estado del cáncer que se encuentre durante la cirugía. 

Luego de salir del hospital, antes de ir a casa, me dirigí hacía un parque cercano, rodeada de un bello paisaje solo me senté por ahí mirando el inmenso cielo que comenzaba a oscurecerse y me pregunte una y otra vez ¿Por qué a mí?  ¿Por qué yo?  ¿Acaso el universo no sabía que mi hija solo me tenía a mí? 

Jhon, si muero Lily se quedará sola, quiero volver a estar contigo pero no ahora....  ¡No puedo dejar a Lily sola Jhon! No puedo dejarla, mi hija tiene que estar protegida y abrazada por alguien que la ame, que la proteja tanto como lo he hecho yo. ¡Dios! solo quisiera pedirte una cosa, que si voy a morir me permitas dejar a mi hija con quien la ame, necesito saber que si voy a morir ella no se quedará sola y que habrá alguien que será capaz de hasta dar su vida por ella si fuera necesario, saber que la van a amar tanto como yo  cuando ya no me encuentre.