Galletas de chocolate y un corazón feliz

Galletas de chocolate y un corazón feliz.
La pequeña Cecilia desde hace días no sonríe. Su mamá no está en casa y dice su padre que está enferma en el hospital, tiene la Covid. Papá la consiente, la mima y le cuenta cuentos, pero ella extraña a mamá, extraña el olor agradable de su pelo cuando se lavaba la cabeza, la mermelada de guayaba y las galletas de chocolate que mamá le hacía los viernes para las meriendas del fin de semana, extraña sus besos y abrazos. Cecilia no le ha dicho a papá que ha llorado, pero papá lo sabe. En la tv escucha hablar del virus del Covid, de cuantas cosas feas, de que la gente se muere y de que los vacunados también se enferman y mueren y Cecilia no entiende eso. Papá se dio cuenta de que estaba escuchando aquellas noticias y cambió el canal, pero ya era muy tarde, la angustia se había apoderado de su corazón que ahora estaba triste. Cecilia no pudo disimularlo y le pregunta a papá ¿Papá, mamá se ha ido para siempre de viaje? Porque papá le había enseñado, cuando falleció su abuelo Federico que morirse es irse de viaje para siempre. Papá le respondió que no, que mamá estaba mejorando y que pronto estaría en casa con ellos. Hoy Cecilia se despierta a las 10 de la mañana, como le gusta a ella y siente el agradable olor del champú y acondicionador de mamá. Salió corriendo cual bólido huracanado escaleras abajo y cuando llega a la cocina siente el olor a galletas de chocolate recién horneadas, era mamá. Se abrazaron, se besaron, corrieron las lágrimas por las mejillas de ambas y sonrieron. Cuando la madre le preguntó a Cecilia que cómo estaba, la niña respondió que con un corazón feliz.