Culpable

5. Persecusión

"Tuvimos que salir temprano, pero hay algo de ropa en el closet de la última vez que te quedaste. Creo que no tengo nada en el refrigerador, pero aún queda un poco de café en la cocina.

Tenemos que hablar de lo que sucedió ayer, mientes fatal"

Bostezo y hago la nota a un lado, creí que al despertar Eider seguiría dormido, pero al parecer ha tenido que irse antes de lo esperado.

Mis ojos se cierran con cansancio, me arrepiento de haberme quedado despierta hasta tan tarde hablando con Eider y Blue porque ahora no tengo muchos ánimos de ir a trabajar, pero no puedo deshacerme de mis responsabilidades tan fácilmente.

Me doy una ducha rápida y me pongo las prendas que encuentro en el armario.

Un debate surge en mi cabeza al recordar que dejé el borrador del libro en mi casa antes de ir a buscar a Alex.

Decido que no tengo tiempo para ir por él─aunque si lo tuviera, no iría de todas formas─, así que tomo las llaves de la motocicleta y salgo del departamento asegurándome de cerrar bien la puerta.

Me monto en la moto, pero no me pongo el casco porque mi cabello está demasiado mojado, probablemente no es la decisión más inteligente, pero tampoco le hago caso a esa parte racional que me dice que es peligroso.

A pesar de que intento concentrarme en el camino, mi mente se dirige a las amenazas hechas por el señor Winship el día anterior provocando que un escalofrío recorra todo mi cuerpo. 

Tengo la sensación de que tendré que buscar un buen abogado porque, después de lo que oí ayer, ahora sé que el padre de Alex no va a detenerse con nada.

Mientras entro en la editorial, decido que lo más inteligente por hacer ahora es hablar con mi padre antes de hacer cualquier otra cosa.

Mi mirada se centra en en arreglo floral que se encuentra en el escritorio de Lina. Ella lee la tarjeta una y otra vez con una sonrisa torcida en el rostro.

  ─Alguien tiene un admirador─le sonrío divertida─, mejor escondelas antes de que Tanner las vea─sugiero antes de oler una de las rosas.

  ─No creo que le agrade la idea─me tiende la tarjeta.

  ─Hay para mí más peligro en tus ojos que en afrontar veinte espadas desnudas. TS.─leo en voz alta y hago una mueca─, tienes que aceptar que se vuelve menos original con el tiempo.

  ─Ya, quizá tienes razón─me quita la tarjeta de las manos y sonríe tontamente antes de guardarla entre sus cosas─, también te llegó algo, está en tu escritorio.

Le doy las gracias y entro en mi oficina.

Dejo escapar un ruidoso suspiro al ver la pequeña caja envuelta con un moño rosa pastel, debajo de ella hay una carta, y ni siquiera necesito buscar el remitente para saber quién la envió, rasgo el sobre y comienzo a leer.

"Livi,

Sé que lo intentaste y de verdad aprecio que lo hicieras, quiero que sepas que de ahora en adelante haremos esto juntos.

Mi padre me habló de la situación, a pesar de que sé que estás entre la espada y la pared, la última palabra es tuya.

Sí decides volver a usar el anillo voy a apoyarte, nos sacrificaremos juntos, pero sí no... también pelearé a tu lado, voy a estar de tu parte sin dudarlo, así como tú lo hiciste cuando te hablé de Charlotte.

Como ya dije, la elección es tuya. 

Alex"

Aprieto uno de los botones en el intercomunicador sobre mi escritorio.

  ─¿Podrías venir un segundo?

Doblo la carta y la coloco de nuevo en el sobre.

  ─¿Sucede algo?

  ─¿Puedes hacerme un favor?─al parecer mi rostro luce peor de lo que me imaginaba, porque Tanner no hace ninguno de sus característicos comentarios, en cambio asiente preocupado─, ¿Te importaría enviar esto de vuelta a casa de los Winship? solo asegúrate de que llegue sano y salvo, por favor.

  ─Lo haré, pero... ¿tú estás bien?─se acerca para tomar la caja.

  ─No lo sé, supongo que lo averiguaremos en unas horas─no entiende a lo que me refiero, pero creo que es mejor así.

Sale de mi oficina vacilante mientras yo comienzo a hacer lo que tengo pendiente.

  ─Tu cita de las once está aquí─me dice Lina por el intercomunicador.

  ─Vale, que pase.

Me levanto para recibir a la chica que atraviesa la puerta, ella me sonríe cuando le señalo el asiento frente a mi.

  ─¿Cómo estás?─pregunto para comenzar la charla, sin embargo, ella se encoge de hombros y coloca tímidamente un mechón rebelde detrás de su oreja─, bien, he leído lo que escribiste y es...─pienso en el adjetivo que mejor describe su trabajo─, brillante.

  —¿De verdad?—se sorprende.

  —Por supuesto, creo que tienes mucho talento, lo que haces con las historias... realmente estoy impresionada—busco el archivo en el cajón de mi escritorio—, bien, esta es una copia del contrato que tienes que firmar para que comencemos con todo el proceso—la muchacha mira desconfiada el documento—, no te preocupes, no debes firmar ahora mismo, llevalo a tu casa y revisalo con calma, firmalo cuando estés completamente segura, ¿de acuerdo?



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En el texto hay: literaturajuvenil, amor desamor, inglaterra

Editado: 16.10.2018

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