Doce

Buenos días, princesa.

Hoy sucedió algo mágico que tres meses atrás me habría parecido normal, pero que hoy por hoy me resulta casi milagroso. Y si bien, no es tan fantástico como sería que hubieses despertado del coma durante la madrugada, realmente me ha dibujado la sonrisa más amplia que he logrado en los últimos meses.

Estaba desayunando en la cocina con mamá cuando sucedió. Alguien había presionado el timbre de la casa, y como mamá estaba ocupada preparando unos waffles, me vi obligado a ser yo quien atendiera.

¿Recuerdas que hace unos meses había salido un anuncio sobre una nueva edición de una trilogía que aún no había leído, pero que ansiaba por tener porque me encanta la manera de escribir el autor? Por supuesto que lo recuerdas. Cuando comenté que iría a la librería a reservarla en cuanto recibiera mi paga del mes, tú me dijiste que no debía gastar tanto dinero. Me recordaste que pronto iríamos a vivir juntos en un nuevo departamento y que debíamos ser más rigurosos con nuestros gastos los primeros meses hasta que pudiéramos estabilizarnos; aún debíamos comprar muebles, utensilios de cocina y pagar la mudanza, las expensas y los víveres.

Me sentí desilusionado al ver cuánta razón tenías y aceptar que los libros tendrían que esperar. No obstante, saber que pronto tendríamos nuestro propio hogar y comenzaríamos nuestra familia adoptando algún cachorro era el mayor consuelo que existía. La idea de una vida a tu lado fue y es mil veces más excitante que cualquier libro.

Jamás habría imaginado que en realidad tú ya sabías sobre aquella trilogía, y que la razón por la que me aconsejaste no comprarla era que tú ya habías hecho la reserva y depositado el dinero. Sin embargo, así lo hiciste.

Quien interrumpió mi desayuno fue un repartidor de la librería con tu pedido. El interior de la gran caja de cartón que me entregaron contenía la trilogía dentro de un cubo de madera diseñado acorde con la cobertura de los libros. También había una nota escrita a puño y letra por ti.

"Feliz cumpleaños, amor. Gracias por permitirme ser parte de tu vida y poder festejar este día contigo. Te deseo toda la felicidad del mundo hoy y siempre. Te beso, te abrazo y te amo.

Felices 23 añitos, Kyle.

Con amor y admiración, tu mayor fan. -Kira"

¿Recuerdas que una vez exageré y afirmé que ningún escritor me había hecho emocionar jamás como lo hacía mi autor favorito? Decir aquello ahora sería una completa mentira. En tan solo cinco renglones, lograste superarlo.

Amanecí con la idea fija de que este sería el peor cumpleaños de toda mi vida. Sin ti no encuentro motivos para celebrar ni ser, o al menos sentirme, feliz. No me sorprende que, una vez más, hayas sido tú quien cambió todos mis planes.

Me apenaba creer que esta vez no estarías aquí conmigo para soplar las velas, quitarle la crema al pastel y dejarla sobre mi plato, o insistirle a mi abuela para que vuelva a mostrarte aquella fotografía de cuando tenía apenas 4 años y mi cabeza había quedado atorada en la barandilla de las escaleras. Pero hoy estás aquí, a pesar de no ser la manera que esperaba y desearía que fuera. Hoy no me queda más opción que conformarme, y para serte honesto, estoy más que conforme.

Decidí tomarlo como una señal de que aún estás aquí y que no estás dispuesta a dejarnos fácilmente. Entonces estoy obligado a mantener la esperanza con vida. Hoy soy completamente optimista y creo fervientemente que pronto abrirás los ojos de nuevo.

Creo en ti. Sé que lo lograrás.

Gracias por hacer que mi cumpleaños número 23 no sea el peor. Gracias por amarme tanto como lo hago yo. Gracias por ser parte de mi vida y permitirme ser parte de la tuya.

Espero que tengas claro lo siguiente, pero por si no lo sabes aún, esta confesión es también una promesa. Esto es tuyo y mío. Esto es mi juramento de amor eterno; porque cada latido de mi corazón suspira tu nombre, y siempre lo hará. Eres dueña de cada fibra de mi corazón; tú y sólo tú eres poseedora de él. Porque, mi amor, eres la primer mujer que amé, la mujer que amo y la mujer que amaré el resto de mi vida.

Despierta, Kira.