Despierta, Kira.

Diecinueve

Tengo miedo, Kira. He comenzado a creer que me estoy volviendo loco.

¿Conoces la diferencia entre sueño y pesadilla? Mientras que todas las pesadillas forman parte del grupo de los sueños, no todos ellos son necesariamente una pesadilla.

De niño mis peores pesadillas eran protagonizadas por payasos tenebrosos y esqueletos parlanchines. Mis sueños más dulces eran simples, bobos y divertidos. A veces había una lluvia de hamburguesas atacando la ciudad, en otras ocasiones mis padres me sorprendían con la noticia de que un perro se sumaría a la familia o tal vez era un superhéroe que salvaba al mundo entero de su destrucción. Una vez soñé que era Harry Potter y vencía a Voldemort.

En los últimos cinco meses, mis sueños comenzaron a ser la fantasía que deseo todos los días: estoy junto a ti, tomándote la mano y acariciándola como me gustaría hacerlo. Es entonces que comienzo a sentir una leve presión ejerciéndose de tu parte. Instantáneamente descubro qué es lo que está ocurriendo, y con la sonrisa más grande que alguna vez se haya formado en mi rostro, te miro. Te descubro despierta, con tus hermosos ojos café mirándome con amor mientras una débil sonrisa se posa en tus labios.

En cuestión de un par de semanas logras recuperarte y nuestra vida vuelve a tomar la normalidad que nos hace falta. Al cabo de unos años nos casamos, habiendo terminado ya nuestras carreras universitarias, con nuestro hogar enorme y un gran jardín. Tenemos cuatro hijos, tres niñas que vuelven loco al único niño. También tenemos dos perros y tres gatos, y nuestra vida parece no poder ir mejor de lo que va.

Mis sueños son hermosos y aparentan ser inalcanzables.

Mis pesadillas ya no presentan payasos desquiciados como protagonistas ni esqueletos interesados en conversar conmigo. Son mucho más oscuras, realistas y dolorosas de lo que me gustaría. Representan mi mayor miedo en esta vida: pasas años y años en estado de coma, pero jamás despiertas.

A veces se vuelve aún peor: pierdes las fuerzas para luchar y mueres. Suelo despertar de esas pesadillas al momento en que estoy a punto de arrojarme por un precipicio por no poder tolerar tanto sufrimiento.

Kira, ¿Sabes diferenciar el sueño de la realidad? Yo no he sido capaz de lograrlo últimamente.

Cada mañana al despertar llamo a mi madre a gritos, angustiado y con el corazón partido en mil pedazos para preguntarle si aún estás con vida o si mi pesadilla fue real y verdaderamente has muerto. Otras veces despierto alegre y con una sensación de inmortalidad rodeándome. Intento llamarte y desearte los buenos días, pero jamás contestas y entonces comprendo que fue todo un sueño y que aún no despiertas.

Mi propia mente me falla y tortura, haciéndome creer que despiertas o que falleces. Los sueños se sienten tan reales que queman. A veces me propongo no dormir por miedo a lo que pueda llegar a imaginar, pero siempre acabo quedándome dormido.

Estoy cansado en todos los sentidos, amor. Por favor, necesito que detengas este suplicio.

Despierta, Kira.




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